“Va a ser increíble”: Chucho Valdés habló en exclusiva con MontrealHispano sobre su próximo concierto en el Festival de Jazz de Montreal

El virtuoso pianista cubano se presenta este 06 de julio en el Teatro Maisonneuve de Montreal.

Por: Nuestra Redacción
Montreal · Publicado el: 07/04/2023

(Foto: Chucho Valdés Oficial)

Chucho Valdés, el aclamado pianista de jazz latino e hijo de Bebo Valdés, dará una presentación única el próximo jueves 6 de julio en Montreal, como parte del Festival Internacional de Jazz de Montreal 2023. El músico conversó en exclusiva con MontrealHispano días antes de viajar a Canadá y nos contó más acerca de su vida, sus historias más inusuales, sus proyectos y su presentación en el festival.

Don Chucho, ¿qué se siente volver a Canadá? ¿Desde cuándo no viene por aquí?

"Creo que tal vez han pasado 4 o 5 años, pero siempre es un placer estar en este festival. Déjame contarte algo: casualmente, mi primer concierto como pianista solista fue hace exactamente 30 años, en 1993, y lo hice en el festival de Montreal. Realmente, para mí fue sorprendente la cálida recepción, la energía del público y los comentarios de la prensa. Para mí, el festival es algo completamente diferente a otros festivales. El Festival de Montreal es como una fiesta que se celebra simultáneamente en los teatros, parques y calles; es como un hermoso carnaval. El festival de jazz es una gran alegría y para mí es un honor que me hayan invitado nuevamente".

Dionisio Jesús Valdés Rodríguez. Hablando de fiestas, Dionisio es el dios de la fiesta en la mitología griega, de las celebraciones, del vino. ¿De dónde viene "Chucho" y cómo se convierte en Chucho Valdés en lugar de Dionisio Valdés?

[Risas] "Bueno, mi primer nombre es Dionisio, mi nombre de pila. Aquí en Cuba, el nombre de pila es el primer nombre que se asigna según el almanaque. Jesús me lo pusieron porque mi mamá era muy católica. En Cuba, a todos los Jesús les llaman Chucho, y generalmente se utiliza el segundo nombre. Mi papá, que nació el mismo día que yo, se llamaba Dionisio Ramón Valdés, y bueno, le decían Ramón, y después se convirtió en Bebo".

Justamente la siguiente pregunta era acerca de la relación con su padre, Bebo. Como dice, nacieron el mismo día, el 9 de octubre. Usted siempre le ha tenido mucho respeto y admiración. ¿Cómo ha influido él en su carrera y en convertirse en el maestro que es hoy? ¿Ha sentido alguna vez que ser el hijo de Bebo Valdés lo ha limitado de alguna manera?

"Imagínate, mi primera interacción con mi papá fue cuando tenía 3 años y comencé a tocar el piano de oído, él descubrió mi inclinación por el piano. Por supuesto, porque desde que era muy pequeño lo veía tocar y yo quería imitarlo… entonces él empezó a guiarme, a darme clases, a buscarme profesores particulares. Así pasé por la escuela de música y a los 15 años, él tenía una orquesta donde él era el director y pianista, y decidió que me sentara al piano a los 15 años mientras él dirigía la orquesta, enseñándome muchos secretos de la orquestación y cómo dirigir una orquesta. Mi influencia ha sido completamente gracias a mi papá. Realmente, ser su hijo me llena de orgullo legítimo. Nunca he sentido ninguna inferioridad. Él y yo incluso tocábamos juntos, éramos padre e hijo, hermanos, amigos, alumno y maestro, y siempre tuvimos una relación muy hermosa… Él ha sido todo para mí en mi vida".

No sé cuántos premios ha recibido en su carrera ni cuántos elogios. Ha tocado en tantos festivales de jazz en el mundo, con Chick Corea y tantas otras mentes brillantes. ¿Qué más le falta a Chucho Valdés? ¿Qué otros sueños siente que aún están pendientes en su vida? ¿O ya está todo?

"Bueno, gracias a que la música y la creatividad no tienen fin, esto es como una espiral eterna. Por supuesto, tengo muchas cosas por hacer… por ejemplo, voy a adelantar uno: El Chucho Sinfónico, que es llevar la música afrocubana al ámbito sinfónico. Ya estoy trabajando en ello y tengo varias obras terminadas, aunque aún faltan otras. He compuesto una obra para dos pianos, una obra para una Big Band y mi cuarteto, que es una obra tremenda que se estrenó en 2021. Además, actualmente estoy componiendo una suite para piano y clarinete, es decir, fuera del ámbito del jazz, estoy componiendo música, por así decirlo, "sinfónica". Hay muchas más cosas por hacer… ¡uf!, esa es la suerte del desarrollo en el arte".

Usted tiene un espíritu creativo y experimental muy marcado. También lo he visto colaborar con Cimafunk y otros artistas más jóvenes que usted. ¿Qué opinión tiene sobre mezclarse con géneros más contemporáneos, más modernos, con la música que escuchan las nuevas generaciones?

"Diría que no puedes quedarte sentado en el mismo lugar, tienes que experimentar. Debes conocer bien el pasado porque el pasado es el padre del presente y del futuro. Entonces, bueno, Cimafunk y muchos otros con los que he colaborado me sirven para aprender cosas que están sucediendo en el momento. No me acomodo en la comodidad de lo que ya estoy haciendo o de lo que he hecho. Creo que esa es la fuente de inspiración, ver que los caminos no terminan, sino que continúan".

Tiene una anécdota casi paranormal en Málaga, España, con un piano. ¿Podría contar nuevamente, brevemente, qué ocurrió en Málaga con ese piano?

"Voy a resumir la anécdota, pero se entenderá muy bien. Cuando mi papá enfermó, viajé a España para estar cerca de él y pasamos varios años juntos de nuevo. Un día me dijo: ‘Chucho, mi sueño siempre fue que tú tuvieras un piano Steinway Modelo D de Hamburgo de 9 pies’. Desafortunadamente, mi padre falleció en 2013 y un año después fui con mi esposa a buscar ese piano que él quería a una casa de música en Málaga, una de las muchas casas. Había alrededor de 10 pianos Steinway y los probé todos hasta que decidí por uno, porque todos eran muy buenos, pero ese fue el que me llamó la atención. Entonces el dueño me dijo: ‘No puedo venderte este piano porque ya está comprometido con un concertista que viene de Viena y me ha pagado un anticipo. Elige otro’. Yo le dije: ‘No, quiero este’. Insistí tanto que me dijo: ‘Bueno, si me pagas la diferencia de lo que me adelantaron’. Había algo especial con ese piano, así que le dije: ‘Mira, voy a pagar la diferencia, ya mismo, más lo que ya han pagado’. Ese piano estaba cubierto. El dueño levantó la cubierta, miró dentro y comenzó a temblar. Yo le pregunté: ‘¿Qué pasa? ¿Qué te ocurre? Dime, dime, dime’. Cuando me acerqué a él, me señaló y vi que el piano estaba firmado por mi papá, estaba firmado por Bebo Valdés. No podía creerlo, le dije: ‘Mira, pagaré la diferencia, pagaré el piano y lo quiero en mi casa mañana'".

¡Increíble! ¿Cuál es la explicación que le da hoy a esa anécdota?

"Podría haber ido a cualquier otra casa de música, podría haber elegido otro piano y nunca me habría enterado de que ese piano estaba firmado por él. Fue algo muy extraño, además tuve que pagar más dinero por ese piano… Creo que esto es una conexión [risas], creo que viene del cielo, porque no puede ser otra cosa, es demasiada casualidad, es demasiado casual que el piano que él quería que yo tuviera estuviera firmado por él, como diciendo: ‘Mira, esto es lo que yo quería para ti’. Ese piano está bendecido".

Para terminar, me gustaría que invite a la audiencia hispana en Montreal a su concierto del próximo 6 de julio aquí en el Festival Internacional de Jazz de Montreal.

"Estoy celebrando mi 30 aniversario en el festival de Montreal, y estoy seguro de que este concierto será espectacular. Pero déjenme contarles algo más curioso: hace 30 años, toqué en una sala llamada ‘Jesus’ (Gesù). Bueno, mi nombre es ‘Jesus’, Jesús. Pero ahora vengo con un tremendo cuarteto llamado el Royal Quartet de Chucho Valdés, con los mejores músicos jóvenes de la nueva generación cubana, y les digo que será ¡increíble! Por favor, no se pierdan este concierto".


Usted tiene un espíritu creativo y experimental muy marcado. También lo he visto colaborar con Cimafunk y otros artistas más jóvenes que usted. ¿Qué opinión tiene sobre mezclarse con géneros más contemporáneos, más modernos, con la música que escuchan las nuevas generaciones?

"Diría que no puedes quedarte sentado en el mismo lugar, tienes que experimentar. Debes conocer bien el pasado porque el pasado es el padre del presente y del futuro. Entonces, bueno, Cimafunk y muchos otros con los que he colaborado me sirven para aprender cosas que están sucediendo en el momento. No me acomodo en la comodidad de lo que ya estoy haciendo o de lo que he hecho. Creo que esa es la fuente de inspiración, ver que los caminos no terminan, sino que continúan".

Tiene una anécdota casi paranormal en Málaga, España, con un piano. ¿Podría contar nuevamente, brevemente, qué ocurrió en Málaga con ese piano?

"Voy a resumir la anécdota, pero se entenderá muy bien. Cuando mi papá enfermó, viajé a España para estar cerca de él y pasamos varios años juntos de nuevo. Un día me dijo: ‘Chucho, mi sueño siempre fue que tú tuvieras un piano Steinway Modelo D de Hamburgo de 9 pies’. Desafortunadamente, mi padre falleció en 2013 y un año después fui con mi esposa a buscar ese piano que él quería a una casa de música en Málaga, una de las muchas casas. Había alrededor de 10 pianos Steinway y los probé todos hasta que decidí por uno, porque todos eran muy buenos, pero ese fue el que me llamó la atención. Entonces el dueño me dijo: ‘No puedo venderte este piano porque ya está comprometido con un concertista que viene de Viena y me ha pagado un anticipo. Elige otro’. Yo le dije: ‘No, quiero este’. Insistí tanto que me dijo: ‘Bueno, si me pagas la diferencia de lo que me adelantaron’. Había algo especial con ese piano, así que le dije: ‘Mira, voy a pagar la diferencia, ya mismo, más lo que ya han pagado’. Ese piano estaba cubierto. El dueño levantó la cubierta, miró dentro y comenzó a temblar. Yo le pregunté: ‘¿Qué pasa? ¿Qué te ocurre? Dime, dime, dime’. Cuando me acerqué a él, me señaló y vi que el piano estaba firmado por mi papá, estaba firmado por Bebo Valdés. No podía creerlo, le dije: ‘Mira, pagaré la diferencia, pagaré el piano y lo quiero en mi casa mañana'".

¡Increíble! ¿Cuál es la explicación que le da hoy a esa anécdota?

"Podría haber ido a cualquier otra casa de música, podría haber elegido otro piano y nunca me habría enterado de que ese piano estaba firmado por él. Fue algo muy extraño, además tuve que pagar más dinero por ese piano… Creo que esto es una conexión [risas], creo que viene del cielo, porque no puede ser otra cosa, es demasiada casualidad, es demasiado casual que el piano que él quería que yo tuviera estuviera firmado por él, como diciendo: ‘Mira, esto es lo que yo quería para ti’. Ese piano está bendecido".

Para terminar, me gustaría que invite a la audiencia hispana en Montreal a su concierto del próximo 6 de julio aquí en el Festival Internacional de Jazz de Montreal.

"Estoy celebrando mi 30 aniversario en el festival de Montreal, y estoy seguro de que este concierto será espectacular. Pero déjenme contarles algo más curioso: hace 30 años, toqué en una sala llamada ‘Jesus’ (Gesù). Bueno, mi nombre es ‘Jesus’, Jesús. Pero ahora vengo con un tremendo cuarteto llamado el Royal Quartet de Chucho Valdés, con los mejores músicos jóvenes de la nueva generación cubana, y les digo que será ¡increíble! Por favor, no se pierdan este concierto".

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