Por Laura Posada
Estamos en 2019 y, por increíble que parezca, a estas alturas todavía encontramos gente que odia a los miembros de la comunidad LGBT (lesbianas-gays-bisexuales y transgéneros). Y cuando hablo de odio, me refiero a situaciones que tienen que ver con discriminación, insultos o burlas, agresiones físicas y sexuales e incluso homicidios de personas, solo por tener una orientación sexual distinta a la heterosexual.
Hay países donde la homosexualidad sigue siendo un delito que se paga con cárcel, azotes o incluso con la pena de muerte. ¡En pleno 2019, insisto!
También es cierto que el movimiento LGBT ha avanzado mucho en las últimas décadas, tanto que, para mayo de 2019, el matrimonio homosexual o las uniones civiles se reconocen en 27 países en el mundo, y que muchos gobiernos han creado leyes específicas en las que se prohíbe expresamente la discriminación por orientación sexual.
Pero todavía nos falta mucho camino que recorrer, sobre todo cuando hablamos de nuestra actitud frente a este tema.
Analiza tu propia actitud
A veces una se considera respetuosa y tolerante, pero ve a una pareja homosexual besándose en la calle y piensa: “que hagan lo que quieran, pero en privado”. Te pregunto, ¿pensarías lo mismo si fuera una pareja heterosexual la que se estuviera besando?
Entonces, no se trata solo de “tolerar” la diversidad y la homosexualidad, sino de aceptarla con total normalidad y naturalidad, y parte de eso es ver a parejas del mismo sexo demostrándose afecto en público.
Entérate más:
Tres maneras novedosas de mantenerte sano a los 40