La furia del rock se apoderó de Montreal de la mano de Caifanes

La banda mexicana que causó furor en los años 80 y 90 brindó un show cargado de adrenalina en el Olympia de Montreal

Por: Carlos Rivas
Montreal · Publicado el: 11/23/2023

Una de las bandas más emblemáticas del movimiento del rock en español se dio cita en Montreal el pasado martes 21 de noviembre. Caifanes, banda creada en Ciudad de México en el año 1986, y cuyo proyecto musical fue retomado en el 2011, tomó el Teatro Olympia por asalto para recordar todos los éxitos que los lanzaron al estrellato a finales de la década de los 80.

En un concierto de más de dos horas de duración, que inició pasadas las 8:30 de la noche, la banda mostró por qué en su momento fue una de las agrupaciones más disruptivas de la escena musical de México y América Latina. Desde sus temas más clásicos hasta una composición reciente de su era actual, Caifanes mantuvo su misma esencia rupturista durante todo el show.

GALERÍA de fotos del concierto de Caifanes en Montreal 2023

Uno de los primeros temas tocados fue su clásico “Viento”, el cual mantuvo a todo el público coreando a viva voz, “préstame tu peine y péiname el alma”. Le seguiría “Nubes”, tema que hizo que la emoción del canto a viva voz se transformara en gente saltando por todo el recinto, dando paso al sencillo “Para que no digas que no pienso en ti”, que estuvo adornado con algunos pasos de baile por parte de los guitarristas.

Luego de estos primeros éxitos, Saúl Hernández, el vocalista de Caifanes, tomaría el micrófono. “Gracias por estar aquí”, le dijo a todo el público de Montreal presente, quien secundó el saludo con un coro que decía “México, México…”, haciendo alusión al origen de la banda.

Vendría entonces el tema “Miedo” de su álbum “El nervio del volcán”, el cual Saúl presentaría al público con una frase contundente, “Al amor no hay que tenerle miedo”. “Vamos a ir al primer disco”, continuaría diciendo más tarde, para dar paso a algunos temas de su primer álbum de estudio titulado “Caifanes”, igual que la agrupación.

Luego de este recorrido por algunos de sus temas más memorables, Caifanes presentó su más reciente composición, que lleva por nombre “Inés”. En palabras de Saúl, esta producción narra una historia de vida trágica con la intención de concientizar sobre la problemática del suicidio en el mundo, cuya tasa aumentó en un 5% en México en los últimos cinco años.

Vendrían luego más temas sobresalientes de su carrera, entre ellos “Cuéntame tu vida”, “Mátenme porque me muero” y “Perdí mi ojo de venado”. “Hazme una limpia, por favor, amor”, cantaba con ellos la audiencia en esta última. Llegado el turno del hit “Afuera”, gran parte de los asistentes en el Olympia sacarían sus teléfonos móviles para capturar la interpretación que ofrecía la banda.

Los integrantes salieron de pronto de escena, pero el público que no estaba satisfecho pedía al menos una canción más. Así, un solo de Diego Herrera, el saxofonista de la banda, marcó el reinicio del encuentro, deleitando a un público hambriento. En efecto, la incorporación del saxofón y del timbal integrado a la batería se destacaron como uno de los sellos de esta banda de rock alternativo.

“Antes de que nos olviden” sería el tema que seguiría, acompañado por la presencia de la bandera de México en escena, tanto en pantalla gigante como físicamente en las manos del vocalista. Seguiría luego un homenaje a Juan Gabriel en estilo rock, con la adaptación del tema “Te lo pido por favor” del Divo de Juárez.

Los dos temas tal vez más emblemáticos de Caifanes los dejarían para el final del concierto. Es así como llegaría el momento de cantar “La célula que explota”, emocionando a todos los asistentes con este rock ligero. Los Caifanes cerraron la noche con sabor latino, a ritmo de “La negra Tomasa”, la tan esperada canción que es, sino la insignia predilecta de la experimentación musical de esta banda mexicana.

El paso de Caifanes por Montreal recordó la esencia del rock latino en su expresión más bruta. Esta banda ochentera supo encontrar nuevas formas de explorar y sentir el rock, desde sus orígenes y en respuesta a sus problemáticas locales, forjando una identidad que cala hasta el día de hoy en muchos latinos que aman este género, como aquellos que estuvieron la noche del martes en el Olympia.