El magnate neoyorquino de 70 años Donald Trump se convirtió en el próximo presidente de los Estados Unidos gracias al voto no solo del hombre blanco estadounidense, sino por la mayoría de la clase trabajadora industrial y rural que por años se encuentra en descontento con las políticas actuales y porque no ven progresos en su calidad de vida desde hace años.
Las encuestas no lograron acertar el resultado. El fenómeno del voto oculto o voto vergonzante – de aquellos ciudadanos que decían votar por la opción ‘políticamente correcta’ pero que en las cabinas marcaban por un cambio.
¿Cómo un candidato xenofóbico, que tildó a los inmigrantes mexicanos de violadores y narcotraficantes, que se burló de los discapacitados, que anunció medidas contra la comunidad musulmana, e incluso acosador de mujeres, pudo ganar las Elecciones presidenciales de los Estados Unidos?
Trump logró conectarse con la clase obrera, la clase media industrial, rural, sin estudios, aquellos que no logran hacer realidad el sueño americano. Personas que ven a los inmigrantes como el enemigo, que les quita oportunidades de trabajo.
Incluso la comunidad latina, muchos de ellos conservadores, también han votado por Donald Trump. Votos pensando en el bolsillo, el deseo del cambio para estar mejor. Y Trump les ha prometido eso.