Taste of the Caribbean: un festival que celebra lo mejor de la cultura caribeña

Países como Haití, Jamaica, Cuba, Barbados, Trinidad y Tobago y Granada, nos ofrecieron una pequeña muestra de sus tradiciones,

por Tamara Engler
Montreal · Publicado el: 07/18/2019

Desde el jueves hasta el domingo de la semana pasada se celebró en el siempre mágico Old Port el aniversario número 20 del festival Taste of the Caribbean, un evento que cada año  nos expone lo más representativo de la cultura caribeña.

Países como Haití, Jamaica, Cuba, Barbados, Trinidad y Tobago y Granada, nos ofrecieron una pequeña muestra de sus tradiciones, dándonos la oportunidad de trasladarnos por unos instantes a esa singular atmósfera de alegría y relajo tan propia del caribe.

Si bien el clima este año no fue un buen aliado, la feria generó gran interés y la afluencia de visitantes fue constante, haciendo que a ratos fuese difícil avanzar entre la multitud.

Música en vivo, comida típica , pinturas y una variada oferta de productos de elaboración artesanal fue algo de lo que pudimos encontrar en este pequeño espacio dentro del puerto viejo que, considerando todo lo que estas naciones tienen por ofrecer, nos dejó deseando que fuera un poco más extenso.


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¿Lo más destacado? El muchacho de piel canela, caderas flexibles y energía inagotable que desde el escenario animó a bailar a cuanta alma tuvo por delante con divertidas coreografías. Y es que esta nueva edición fue particularmente bailable.

Un constante despliegue de músicos, bailarines, animadores e instrumentos de percusión hizo que fuera casi imposible resistirse a la energía y la sensualidad de este vibrante ritmo que los caribeños parecieran llevar bajo la piel. Una verdadera fiesta al aire libre que alegró los corazones y nos inundó de energía el espíritu en estas cálidas tardes de verano.


¿Lo más destacado? El muchacho de piel canela, caderas flexibles y energía inagotable que desde el escenario animó a bailar a cuanta alma tuvo por delante con divertidas coreografías. Y es que esta nueva edición fue particularmente bailable.

Un constante despliegue de músicos, bailarines, animadores e instrumentos de percusión hizo que fuera casi imposible resistirse a la energía y la sensualidad de este vibrante ritmo que los caribeños parecieran llevar bajo la piel. Una verdadera fiesta al aire libre que alegró los corazones y nos inundó de energía el espíritu en estas cálidas tardes de verano.

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