Mañana de primavera, lluviosa, gris pero de igual modo cálida, o tal vez sea el café, o más aún, el 'track' que suena en el fondo de esta escena matutina. Hoy la primavera no termina de asomarse, pero ya el aire huele a tierra húmeda, lista para retoñar.
Las transiciones siempre son un somnoliento paso que ni tanto aclara ni mucho oscurece. Es el murmullo de teatro antes de que comience la función, o como el aire atrapado entre bocas antes de un beso, pequeños momentos que parecen eternidades.
Y aunque no tenemos el calor de playa o la bochornosa brisa del desierto, al menos tenemos una factura pagada por un largo invierno. Ahora queda esperar algunos días mas, y mientras tanto crear nuestros propios ambientes caribeños en el 'living room'.
Y para esta tarea tengo una recomendación ideal: Cal Tjader. Un jazzista americano con una prolífica carrera en los años 70 y 80. Su género favorito fue el Latin Jazz, el cual ejecutó hasta sus últimos días. A mi parecer logra muy bien apropiarse y expresar ritmos que, más que en la técnica, su fuerza está en la ejecución, como los cubanos.
“Linda Chicana” es la pieza que escucho mientras escribo y la recomiendo, la paleta de sonidos es casi –si no- perfecta, el ritmo semilento, como de palmera movida por el viento, cada nota en su lugar, ni una más ni una menos. En general el material de Cal Tjader es muy bueno, y seguramente, si escuchas sus temas, aunque llueva o nieve (que aún sucede), tu entorno se tornará en una cálida estancia de espera en la antesala de lo que por derecho debe ser un buen verano.
José Salvador
@mrjosediablo