Una entrevista íntima con Soledad Barrio y Noche Flamenca antes de su apasionante espectáculo en Montreal

Exploramos las inspiraciones, desafíos y emociones de "Buscando a Goya", nueva puesta en escena próxima a su estreno en Montreal este 18 de enero

Por: Carlos Rivas
Montreal · Publicado el: 12/05/2023

(Fotos: Julie Dupic)

Soledad Barrio & Noche Flamenca es una compañía de danza flamenca fundada en 1993 por Martín Santangelo, co-fundador, director artístico y coreógrafo, y Soledad Barrio, co-fundadora, coreógrafa y bailarina estrella. Aclamada por la crítica internacional, la compañía encarna el rigor y la estética envolvente del flamenco, más allá de los esquemas tradicionales del género.

La pareja brindó una entrevista a MontrealHispano semanas antes del estreno canadiense de su espectáculo “Buscando a Goya” (“Searching for Goya”) en la Place des Arts de Montreal el próximo 18 de enero del 2024, en el que dan vida a la obra del pintor Francisco de Goya a través del flamenco. Ellos nos contaron más acerca de sus recorridos artísticos personales y su visión del arte flamenco en la actualidad y hacia el futuro.

¿Cómo surge esta iniciativa de integrar danza con pintura, el flamenco con Goya?

Martín: “¿Cómo surge? Ah, buena pregunta, surge porque durante la pandemia estaba mirando muchas cosas y estaba mirando, por casualidad, imágenes de Francisco de Goya, y pensaba “hay que interpretar esas cosas”, porque sería tan increíble comunicar lo que estaba viendo a través del flamenco a la gente. Y pensaba “ay, qué interesante”, pero no sabía que iba a ser tan difícil, porque no es un narrativo, no es un libro o una obra, no es flamenco. De repente es una interpretación, a través de entender algo visual, y transferirlo al vocabulario de flamenco es muy difícil. Pero el interés ha sido porque es tan humano, él tiene una gran humanidad y entendimiento de quiénes somos, que me pareció estaría interesante hacer un proyecto así, más que nada por la intuición y entendimiento que tiene Francisco de Goya sobre los seres humanos”.

Soledad: “Que claro, porque hay pintores que pintan bien, ¿no? Pero Francisco de Goya, aparte de pintar bien, aparte de ser el precursor de todo lo que es, o sea, la pintura moderna y mil cosas, es su compromiso con la sociedad, de cómo plasma el mundo. Y yo creo que, a Martín, pues le tocó mucho”.

Martín, tú naces en Estados Unidos y luego te mudas a Madrid. ¿Nos cuentas un poco más de tu historia personal, y de cómo descubres el flamenco y te enamoras de él?

Martín: “Sí, bueno, he nacido en Nueva York y mi madre y mi padre son artistas. Y en esa época había muchos artistas de flamenco que estaban escapando de España para poder hacer su arte, porque estaba prohibido durante… Franco. Sí, entonces, mi madre era muy, muy amiga con una mujer, y ella y su marido habían venido a vivir con nosotros en Nueva York. Carmen Mora. Una bailaora increíble, y Mario Maya. Cada vez que vemos algo de flamenco hoy en día, casi todo está bajo las reglas de Mario Maya. Él definió lo que es el flamenco en el escenario, para nuestra generación, la generación de antes y, lo más seguro, las próximas dos o tres generaciones. Ha sido una marca en el flamenco muy, muy importante. Y entonces ellos han venido a Nueva York porque Mario Maya quería estudiar baile contemporáneo, y ha acabado viviendo con nosotros por cuatro o cinco años en Nueva York, en donde crecí de niño. Y en ese momento había tantos artistas, que habían salido de España, que acababan en mi piso, en el piso de mi madre, en mi padre. Ensayando, haciendo fiestas. Yo he estado en Nueva York, en el Village, con algunos de los gigantes, los mejores de esa época de flamenco.

Entonces, ese fue mi inicio en el flamenco. Después me fui a Madrid, conocí a Soledad, y me enamoré y eso”.

Soledad, por ahí leí que dijiste una frase muy interesante: “El bailaor es el torero y también el toro”. ¿Nos puedes explicar un poco más del contexto y el significado de esa frase?

Soledad: “Ya no recuerdo cuándo lo he dicho… [risas]. Pero es que no sé, porque también depende en qué contexto se dice, ¿sabes? En una frase, no es lo mismo una frase suelta que la frase en un determinado contexto. Pero desde luego, también, por supuesto, siempre que hablamos de toro-torero en nuestra mente, siempre está la idea de la muerte, ¿no? Esta lucha por el todo, o sea, ir a todo. Entonces no sé si también está en relación a eso de que el bailaor, cuando sale a bailar, lo da todo, está totalmente, se entrega totalmente, o sea, no puedes esconder quién eres y lo das todo. Y bueno, pues, también es un momento como siempre que bailas, sería como la primera y la última vez. Es un momento único, es como empezar a vivir y morir. Martín, en una de sus piezas que estaba haciendo, en uno de los cuadros que estaba haciendo de Goya, está el torero envuelto en una capa. Y está como danzando con el toro, está bailando con el toro y están los dos solos. Y son como una misma cosa, como si el toro fuese hombre y el torero fuese animal, ¿no? Como ya no sabes quién es el animal o quién es la persona. Los dos están en el mismo trance, porque los dos pueden morir, tanto el toro como el torero, los dos”.

¿Cómo encuentran el equilibrio entre la tradición y lo contemporáneo? Porque ustedes, de alguna manera, también transgreden un poco las leyes o los estándares del género.

Soledad: “Bueno, de todas maneras, hay que decir que el flamenco siempre ha sido contemporáneo, y siempre ha estado mezclado con el contemporáneo, y siempre ha sido actual. Es que el flamenco es un arte que viaja también. Es un arte que pertenece a una cultura muy concreta, pero es un arte que viaja porque viaja, que se mezcla, que se enriquece, que coge de aquí, que coge allí. O sea, los flamencos siempre han estado con los ojos y su alma y su corazón, muy abiertos a todo lo que viene de afuera, ¿no? O sea, que son artistas muy modernos y contemporáneos, siempre lo han sido desde los más antiguos. Entonces, yo pienso que es que el flamenco siempre ha sido algo contemporáneo y moderno, no es como que ahora el flamenco es más contemporáneo. Siempre lo fue”.

Martín: “Ya, y lo interesante del flamenco es que, emocionalmente, es un abanico muy, muy grande, porque desde chistes, alegría, tragedias y distintos tipos de tragedias, distintos tipos de celebración de alegría, distintos tipos de deseo: deseo a mi madre, deseo a mi pueblo, deseo morir, deseo vivir… Ah, son cosas muy, muy específicas, y tantas, que hay un abanico tan grande de expresión… Es que el flamenco es tan grande emocionalmente, con muchas cosas muy específicas, que yo, como director, puedo decir ‘cojo un poco de eso, y eso y eso, y con eso puedo expresar ese cuadro de Francisco de Goya’. Y eso es una parte grande de mi trabajo. Es ‘vale, entiendo la imagen, entiendo lo que quiere decir, ¿y ahora qué? ¿Qué componentes de flamenco puedo coger para expresarlo?’ Y si lo estudio suficiente, el flamenco normal y clásico tiene todo, todo, es increíble. Y ahora lo que dice Sole, tiene esa parte que es tan contemporánea porque está integrado en todo el abanico de emociones que existe en los seres humanos”.

Soledad: “Luego, Martín para los espectáculos… Porque también es verdad que está lo que sería el flamenco-flamenco, que es solamente bailarle al cante, a la guitarra, y luego está el flamenco-teatro, ¿no? Nosotros muchas veces estamos relacionándonos con la parte teatral, como ahora que estamos haciendo Goya, ¿no? Entonces… Martín, es verdad que también tiene muchas letras y música que están compuestas para el espectáculo, para transmitir lo que Martín quiere transmitir. O sea, es algo nuevo y que se crea ahora. De alguna manera, lo que quiere decir que nada es nuevo, porque todo no viene del aire, sino que es como un granito que se va poniendo uno encima de otro. De todas formas, yo creo que, a todos, lo que nos gusta son cosas bien hechas. Hoy en día no se trata de cuántos años tiene algo, ni de cuándo se hizo ese algo, sino de cómo se hace algo, si está bien hecho, si es sólido”.


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Y en ese respecto, ¿cuál es su visión a futuro del género flamenco? ¿Cómo creen que se va a reinventar de aquí a 10, 20, 50 años?

Soledad: “Es que no hay que reinventarlo. O sea, el flamenco se reinventa por sí solo, porque, además, el flamenco tiene algo que es totalmente individual y personal. Cada artista flamenco no es igual a otro; todos saben lo que tienen que saber y luego cada uno tiene su personalidad, con lo cual el flamenco se reinventa a cada minuto que nace un niño que le gusta el flamenco, porque no va a cantar igual que el otro, ni bailar igual que el otro. Es que el flamenco, yo creo, que eso de que ‘ya el flamenco, se está perdiendo el flamenco’, eso no es cierto. Creo que es que hoy en día se vive de otra forma. Es verdad que los que somos más mayores, pues, no podemos entender muchas veces a los jóvenes. Yo que tengo dos hijas, y yo veo que claro, hay una cosa generacional que a veces no entiendes porque has vivido otra época. Entonces en mi época tener unos zapatos era increíble. Ahora, hoy en día mis hijas, pues si tienen cuatro zapatos no le prestan mucha atención al zapato que tienen. Eso lo llevamos al arte y lo llevamos a todo. Entonces antiguamente a lo mejor, teníamos menos información y más los más mayores que yo, es decir, no había tanta gente con la que podías comunicarte, ni tanto video ni tanta cosa para poder informarte, con lo cual lo que tenías que absorber de alguna forma, o sea, lo mirabas con los ojos como si fueras un búho. Son formas distintas, y no sé qué es mejor ni qué es peor, pero el flamenco no va a morir. Claro, y tampoco está bien decir que antes era mejor que ahora. No, no me parece un buen mensaje tampoco”.

Martín: “Lo único peligroso del flamenco es si se vuelve muy comercial, si es solo una manera de vender. Eso sí, con todas las artes, pero hay artes que se prestan a la venta. Lo único es eso, porque el flamenco realmente es una necesidad que la gente ha tenido para gritar, para decir ‘eso soy yo’ o gritar sobre injusticias. El único peligro hoy en día por los últimos 80 años, 60 años, es que el flamenco es muy atractivo. Y es fácil de vender. Es muy fácil y es lo único que puede matar al flamenco o lo que es el flamenco. Todos los artistas que están en el flamenco, especialmente ellos que tienen éxito, tienen que tener cuidado, de no venderlo por venderlo”.

¿Qué mensaje o invitación les darían a las personas de Montreal para ir a ver su espectáculo? ¿Qué es lo que pueden esperar?

Martín: “Una catarsis. Que es la función del flamenco. Ver problemas, ver cómo solucionar algunos problemas y cómo existir con problemas, pero existir. Seguimos existiendo. Por ejemplo, a mí me afecta mucho lo que está pasando ahora mismo… en algunas guerras, se puede decir. Y Goya, Francisco de Goya tiene toda una serie que son ‘Los desastres de la guerra’. Y él pone claramente, diciendo, ‘mira, si somos violentos uno al otro, o sea, hay guerra, hay violencia, y la violencia produce eso y es horrible’. Las imágenes que tiene Goya sobre la guerra y la violencia lo son. Pero nos dice: ‘Hey, míralo, pero no existas así, existe de otra manera’. Entonces, ese es el mensaje que yo quiero dar, una catarsis de atravesar algo horrible para poder liberarnos”.

Soledad: “Y de mí lo que pueden esperar es todo, o sea, yo lo doy todo. O sea, yo cuando bailo, yo lo doy todo. Cada noche que bailo, no hay ninguna noche que yo dé menos que otra noche. Y también yo quiero decir que, desde pequeña, a mí me encanta bailar para la gente, necesito la gente y yo sí bailo para la gente. Yo desde pequeña, si hay alguien que me mira, yo me mato porque me encanta que me miren. Me encanta que me miren porque es como mirarme a mí misma, todo lo que yo no puedo ser en la vida normal… porque realmente, yo cuando bailo tengo la oportunidad de ser todo lo que no soy capaz de ser en este mundo. Entonces yo necesito que la gente venga. Todos son ellos los que me tocan con la varita mágica. Yo necesito ese público, y me da igual si es blanco, negro, amarillo, chino, español, que me da igual también si hay cuatro personas, como si hombre, si el teatro está lleno mejor, pero me da igual de verdad. Basta con que venga una persona a verme, yo me voy a entregar”.


Martín: “Ya, y lo interesante del flamenco es que, emocionalmente, es un abanico muy, muy grande, porque desde chistes, alegría, tragedias y distintos tipos de tragedias, distintos tipos de celebración de alegría, distintos tipos de deseo: deseo a mi madre, deseo a mi pueblo, deseo morir, deseo vivir… Ah, son cosas muy, muy específicas, y tantas, que hay un abanico tan grande de expresión… Es que el flamenco es tan grande emocionalmente, con muchas cosas muy específicas, que yo, como director, puedo decir ‘cojo un poco de eso, y eso y eso, y con eso puedo expresar ese cuadro de Francisco de Goya’. Y eso es una parte grande de mi trabajo. Es ‘vale, entiendo la imagen, entiendo lo que quiere decir, ¿y ahora qué? ¿Qué componentes de flamenco puedo coger para expresarlo?’ Y si lo estudio suficiente, el flamenco normal y clásico tiene todo, todo, es increíble. Y ahora lo que dice Sole, tiene esa parte que es tan contemporánea porque está integrado en todo el abanico de emociones que existe en los seres humanos”.

Soledad: “Luego, Martín para los espectáculos… Porque también es verdad que está lo que sería el flamenco-flamenco, que es solamente bailarle al cante, a la guitarra, y luego está el flamenco-teatro, ¿no? Nosotros muchas veces estamos relacionándonos con la parte teatral, como ahora que estamos haciendo Goya, ¿no? Entonces… Martín, es verdad que también tiene muchas letras y música que están compuestas para el espectáculo, para transmitir lo que Martín quiere transmitir. O sea, es algo nuevo y que se crea ahora. De alguna manera, lo que quiere decir que nada es nuevo, porque todo no viene del aire, sino que es como un granito que se va poniendo uno encima de otro. De todas formas, yo creo que, a todos, lo que nos gusta son cosas bien hechas. Hoy en día no se trata de cuántos años tiene algo, ni de cuándo se hizo ese algo, sino de cómo se hace algo, si está bien hecho, si es sólido”.


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Y en ese respecto, ¿cuál es su visión a futuro del género flamenco? ¿Cómo creen que se va a reinventar de aquí a 10, 20, 50 años?

Soledad: “Es que no hay que reinventarlo. O sea, el flamenco se reinventa por sí solo, porque, además, el flamenco tiene algo que es totalmente individual y personal. Cada artista flamenco no es igual a otro; todos saben lo que tienen que saber y luego cada uno tiene su personalidad, con lo cual el flamenco se reinventa a cada minuto que nace un niño que le gusta el flamenco, porque no va a cantar igual que el otro, ni bailar igual que el otro. Es que el flamenco, yo creo, que eso de que ‘ya el flamenco, se está perdiendo el flamenco’, eso no es cierto. Creo que es que hoy en día se vive de otra forma. Es verdad que los que somos más mayores, pues, no podemos entender muchas veces a los jóvenes. Yo que tengo dos hijas, y yo veo que claro, hay una cosa generacional que a veces no entiendes porque has vivido otra época. Entonces en mi época tener unos zapatos era increíble. Ahora, hoy en día mis hijas, pues si tienen cuatro zapatos no le prestan mucha atención al zapato que tienen. Eso lo llevamos al arte y lo llevamos a todo. Entonces antiguamente a lo mejor, teníamos menos información y más los más mayores que yo, es decir, no había tanta gente con la que podías comunicarte, ni tanto video ni tanta cosa para poder informarte, con lo cual lo que tenías que absorber de alguna forma, o sea, lo mirabas con los ojos como si fueras un búho. Son formas distintas, y no sé qué es mejor ni qué es peor, pero el flamenco no va a morir. Claro, y tampoco está bien decir que antes era mejor que ahora. No, no me parece un buen mensaje tampoco”.

Martín: “Lo único peligroso del flamenco es si se vuelve muy comercial, si es solo una manera de vender. Eso sí, con todas las artes, pero hay artes que se prestan a la venta. Lo único es eso, porque el flamenco realmente es una necesidad que la gente ha tenido para gritar, para decir ‘eso soy yo’ o gritar sobre injusticias. El único peligro hoy en día por los últimos 80 años, 60 años, es que el flamenco es muy atractivo. Y es fácil de vender. Es muy fácil y es lo único que puede matar al flamenco o lo que es el flamenco. Todos los artistas que están en el flamenco, especialmente ellos que tienen éxito, tienen que tener cuidado, de no venderlo por venderlo”.

¿Qué mensaje o invitación les darían a las personas de Montreal para ir a ver su espectáculo? ¿Qué es lo que pueden esperar?

Martín: “Una catarsis. Que es la función del flamenco. Ver problemas, ver cómo solucionar algunos problemas y cómo existir con problemas, pero existir. Seguimos existiendo. Por ejemplo, a mí me afecta mucho lo que está pasando ahora mismo… en algunas guerras, se puede decir. Y Goya, Francisco de Goya tiene toda una serie que son ‘Los desastres de la guerra’. Y él pone claramente, diciendo, ‘mira, si somos violentos uno al otro, o sea, hay guerra, hay violencia, y la violencia produce eso y es horrible’. Las imágenes que tiene Goya sobre la guerra y la violencia lo son. Pero nos dice: ‘Hey, míralo, pero no existas así, existe de otra manera’. Entonces, ese es el mensaje que yo quiero dar, una catarsis de atravesar algo horrible para poder liberarnos”.

Soledad: “Y de mí lo que pueden esperar es todo, o sea, yo lo doy todo. O sea, yo cuando bailo, yo lo doy todo. Cada noche que bailo, no hay ninguna noche que yo dé menos que otra noche. Y también yo quiero decir que, desde pequeña, a mí me encanta bailar para la gente, necesito la gente y yo sí bailo para la gente. Yo desde pequeña, si hay alguien que me mira, yo me mato porque me encanta que me miren. Me encanta que me miren porque es como mirarme a mí misma, todo lo que yo no puedo ser en la vida normal… porque realmente, yo cuando bailo tengo la oportunidad de ser todo lo que no soy capaz de ser en este mundo. Entonces yo necesito que la gente venga. Todos son ellos los que me tocan con la varita mágica. Yo necesito ese público, y me da igual si es blanco, negro, amarillo, chino, español, que me da igual también si hay cuatro personas, como si hombre, si el teatro está lleno mejor, pero me da igual de verdad. Basta con que venga una persona a verme, yo me voy a entregar”.

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