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El lunes de esta semana inició una de las audiencias más importantes en materia de refugio en Canadá, luego que tres organizaciones defensoras de los derechos de los refugiados presentaran una demanda contra el gobierno canadiense ante la Corte Federal.
Estas tres organizaciones, la Canadian Civil Liberties Association, la Canadian Association of Refugee Lawyers y el Canadian Council for Refugees, están representando los casos de varias personas que han sido afectadas por el Acuerdo del Tercer País Seguro que firmaron Canadá y Estados Unidos en el año 2002 y que se implementó en el año 2004. Este tratado básicamente establece que si una persona se encuentra en Estados Unidos no puede pedir refugio en Canadá a través de los puestos fronterizos terrestres, y viceversa.
De llegar a hacerlo, la persona será regresada a Estados Unidos porque se considera que dicho país es seguro para los solicitantes de refugio, y por tanto deberá pedir refugio en Estados Unidos.
La verdad es que diversos gobiernos canadienses estuvieron tratando de establecer esta ley por lo menos durante cuatro décadas, y no lo habían podido hacer por la férrea oposición de las organizaciones que trabajan con refugiados y de organizaciones defensoras de los derechos humanos. Pero luego de los ataques del 11 de Septiembre del 2001 al World Trade Centre en Nueva York, y ante el temor de que grupos terroristas pudieran entrar a Canadá, cuando se cambió el Acta de Inmigración Canadiense en el año 2002 lograron introducir esta sección de ley que prácticamente paró la entrada de de los refugiados que entraban por Estados Unidos en alrededor de un 80 por ciento.
La lógica de considerar a Estados Unidos como un país seguro, es que cualquier persona que no sea admitida para entrar a Canadá a pedir refugio, puede estar a Estados Unidos de forma segura, es decir, segura de que no va a ser enviada a un lugar donde su vida pueda correr peligro.
Pero lo que ahora se está argumentando ante la Corte Federal es precisamente que Estados Unidos no es un país seguro para los refugiados del mundo, y que aparte de eso ejerce un trato muy abusivo y deplorable hacia las personas que son regresadas desde Canadá, a quienes se les violan sus derechos básicos.
Eso es lo que se está argumentando, y se está presentando como ejemplo una mujer oriunda de Burundi. A esta mujer no se le permitió pedir refugio en Canadá porque estaba en Estados Unidos. Intentó entrar a Canadá en dos ocasiones, y en las dos ocasiones se le declaró que no era elegible para pedir refugio:
- la primera vez porque estaba entrando desde Estados Unidos
- la segunda vez porque ya se le había rechazado la entrada una vez
Cuando la devolvieron a Estados Unidos aparentemente la tuvieron detenida entre cinco y seis meses, en confinamiento solitario, y la trataron peor de que a una persona que hubiera cometido un acto criminal grave.
En Estados Unidos, en muchos casos no solo no se les da la protección que los solicitantes de refugio están buscando, sino que se les abusa dentro del país. Por esa razón es que se está argumentando que Estados Unidos no es un país seguro, particularmente en este momento dadas las políticas migratorias del presidente Donald Trump, quien ha tratado por todos los medios de detener la entrada de los solicitantes de refugio al país.
Un ejemplo claro es lo que ha sucedido con los solicitantes de refugio que estaban llegando desde los países centroamericanos, a quienes ha impedido la entrada a Estados Unidos y ahora están en campos de refugiados en México. Trump ha forzado a México a firmar un acuerdo en el que se establece que ese país es un país seguro, lo que significa que si una persona pasa por dicho país no puede pedir refugio en Estados Unidos. También forzó, amenazando que le iba a quitar la ayuda económica, a Guatemala, Honduras y El Salvador a declararse países seguros, algo que estos países hicieron.
Realmente es irrisorio pensar que cualquiera de esos cuatro países puede considerarse seguro para los solicitantes de refugio, dadas las condiciones de violencia y criminalidad que se está viviendo en dichos países.
Una de las razones por las cuales hubo tantas caravanas de personas tratando de entrar a Estados Unidos y pedir refugio fue exactamente porque la violencia en esos cuatro países ha llegado a un nivel muy alto. De hecho, El Salvador es considerado uno de los países más peligrosos del mundo en términos de número de asesinatos y de secuestros.
Lo que realmente está detrás de estos tratados es que si, por ejemplo, un salvadoreño está pasando por Guatemala para llegar a México y luego a Estados Unidos, lo van a regresar. No lo van a enviar de regreso a El Salvador, sino que lo pueden enviar a Guatemala. Pero dadas las condiciones de violencia que se está viviendo en esos países, se va a enviar a una persona que está escapando de la violencia hacia otro país que también está sufriendo del mismo problema.
Este es simplemente un intento por parte de Estados Unidos de cortar las opciones que tienen las personas, al establecer un muro legal en los propios países centroamericanos.
Lamentablemente Canadá, que tiene una política de refugio muy humana, está siguiendo los pasos de Estados Unidos, sino en la misma proporción, pero sí en la misma dirección. Por ejemplo, el pasado mes de abril el gobierno canadiense aprobó una ley por la cual las persona que calificaba por una de las excepciones del Tratado del Tercer País Seguro con Estados Unidos (personas que tiene familia en Canadá, que vienen de países que no requieren visa, menores de 18 años o que corrieran el riesgo de ser ejecutados si son regresados a su país de origen) ahora ya no son elegibles para pedir refugio en Canadá si lo han pedido en Estados Unidos.
Canadá tiene un sistema de refugio mucho más amplio que el de Estados Unidos y un promedio de aceptación mucho más alto. Y, por ejemplo, una mujer que sufre persecución en su país de origen porque es abusada por su pareja, y que no tiene protección del gobierno de su país porque no hay leyes que protejan ante este tipo de abuso, en Canadá tiene una excelente oportunidad de ser aceptada como refugiada por tener una característica innata e incambiable: el hecho de ser mujer, su género.
Sin embargo, en Estados Unidos, en Junio de este año, se aprobó una ley que establece que para ese tipo de situaciones ya no van a otorgar refugio.
En Canadá tenemos también una Ley de Inmigración que permite que una persona cuya vida corre riesgo a su integridad física y no tiene protección de su gobierno porque no quieren protegerla o porque no pueden protegerla, y que no hay ningún lugar dentro de su propio país a donde pueda ir y rehacer su vida de una forma razonablemente segura y normal, es decir sin estar escondiéndose, en Canadá se le da protección.
Pero en Estados Unidos, desde el momento en que aprobaron la ley de no otorgar refugio por motivos de género, también incluyeron que una persona que está siendo perseguida por organizaciones criminales y que cuya vida corre peligro, no va a recibir protección.
Yo diría que alrededor de un 80 por ciento de las personas que están llegando de Centroamérica y México están escapando de este tipo de situaciones, es decir, de persecución por parte de las pandillas o persecución por parte del narcotráfico. Lamentablemente se está cerrando la posibilidad de que esas personas que realmente necesitan protección pueden recibirla de Estados Unidos o de Canadá debido a las nuevas legislaciones y a los Tratados del Tercer País Seguro.
La esperanza que se tiene es que esta demanda presentada ante la Corte Federal de Canadá tenga éxito y que se elimine el Tratado del Tercer País Seguro con Estados Unidos, para que las personas que están en peligro en sus países y en peligro de ser deportados o maltratados en Estados Unidos puedan pedir refugio en cualquier puerto de entrada canadiense sin tener que, en muchos casos, exponerse a peligros de hasta perder su vida por tratar de llegar a Canadá.