“Sentí que el momento había llegado para que Montreal, que es una ciudad de diversidad formidable, comience a ir en esa dirección”, dijo el alcalde Denis Coderre en un programa de radio. A pesar de la popularidad de la nueva iniciativa, que contó con un voto unánime por parte del consejo de la ciudad, ésta ya comenzaría a encontrar sus primeros obstáculos.
Aunque muchos inmigrantes de la ciudad celebran la designación de Montreal como “ciudad santuario”, la resolución ha generado críticas de políticos y activistas, quienes aseguran que se está otorgando un falso sentido de seguridad a los indocumentados.
A favor
Por un lado, la moción señala que la ciudad hará una petición al gobierno federal para regularizar el estado de los inmigrantes indocumentados que no tengan antecedentes criminales.
Asimismo, pedirán al gobierno de Quebec, encargado de la inmigración provincial, asegurar el acceso seguro de salud para los inmigrantes, quienes generalmente deben presentar algún tipo de documentación para obtener este tipo de servicios.
Mientras tanto, los detractores enfatizan el hecho de que lo único sobre lo que Montreal tiene control es el cuerpo policial, el cual estaría llevando a cabo redadas rutinarias con el fin de encontrar indocumentados. Sin embargo, la moción dicta que inmigrantes indocumentados en “situaciones vulnerables” recibirán apoyo de la policía sin ser reportados a la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos (Canada Border Services Agency, o CBSA), aunque no especifican a qué situaciones se refieren.
Finalmente, la ciudad se compromete a ofrecer hospedaje municipal (viviendas públicas) a los indocumentados, entre otros servicios que generalmente demandan documentación en orden, tal como las iniciativas que se implementaron en Toronto y Vancouver.
En contra
Organizaciones como “Solidarity Across Borders” han declarado que esta nueva etapa en la historia de Montreal es sólo simbólica, pues no se han implementado los cambios necesarios para que los indocumentados dejen de sentir ese temor de ser deportados en cualquier momento.
El mayor cambio que se pide, a través de la campaña “Solidarity City”, es que Montreal cese las deportaciones por completo, y que se mantenga fuera de Quebec a los agentes de la CBSA.
Por otro lado, la policía de Montreal tampoco tendría un trabajo sencillo. Según un estudio de criminólogos de la Universidad Ryerson, Toronto ha fracasado en cementar su estado como “ciudad santuario”. Según el reporte, el cuerpo policial de la ciudad continúa reportando indocumentados a CBSA, a pesar de que ya no es un requerimiento pedir documentos legales.
