"El objetivo es que en las próximas dos horas dejen todos sus problemas en casa", exclamó Santos, con la clara intención de asegurarse de que los presentes pasaran un momento de gran disfrute durante su concierto. Nombró país por país de Latinoamérica, desde México hasta Argentina, para saber de dónde provenían los asistentes a su concierto.
"Un brindis por el amor", dijo al final de su monólogo, con una copa de ron en la mano que luego cambiaría por una botella entera. Interpretaría entonces su tema "Imitadora", y el público se volvería loco. Le seguirían las canciones "Necio", "Llévame contigo" y el éxito "Sobredosis", un dúo que realizó esta vez con el puertorriqueño Ozuna en 2017.
La estrella de la bachata saldría repentinamente del escenario, dando paso a un popurrí de sus colaboraciones reproduciéndose en los altavoces, sin él estar presente. Y es que Santos preparaba tras bambalinas un cambio de vestuario, pasando de un saco plomo elegante a un ‘outfit’ más urbano.
La vestimenta urbana tomaría sentido cuando el artista empezó a cantar sus canciones más modernas, inclinándose más hacia el género del reguetón. "Yo sé que al final", "Farsante" y "X si volvemos", esta última siendo un éxito en colaboración con la colombiana Karol G. "El público más eufórico de la gira hasta el momento", diría Romeo a todos los asistentes, elogiando una vez más al público de Montreal.
"Noche de sexo" sería el tema a ritmo de reguetón que cerraría esta parte en la que Santos sacó su repertorio más urbano, poniendo a bailar y cantar a sus seguidores más jóvenes. Después de este momento enérgico, Romeo viraría hacia la bachata dominicana más tradicional, con temas propios como "Suegra" e "Hilito".
El sillón del rey aparecería luego en escena, en la parte más frontal del escenario. Allí, Romeo Santos se sentaría para lanzar un reto a todo el público del Centre Bell. El desafío, en sus propias palabras, consistía en proponer "canciones que ustedes entiendan que yo no iba a cantar esta noche". Es así como Romeo cantó sin banda temas de la época de Aventura, como "Our Song", "Cuando se pierde un amor", "A veces quiero llorar", "Dile al amor", y "Su veneno".
Santos cantaría también "Enséñame a olvidar" y confesaría que es una de sus favoritas a nivel personal, pues la compuso cuando tenía tan solo 15 años. Durante todo este momento del concierto, Romeo demostró la gran habilidad que tiene para cantar a capella, sin acompañamiento alguno, destacándose así entre otros cantantes de su generación.
Luego vendrían más éxitos clásicos del bachatero, entre ellos "El malo", "Los infieles", "Mi corazoncito", "Sólo por un beso" y "Obsesión". Terminado este bombardeo de hits musicales, Santos brindaría un mensaje a todos los latinos presentes. "Siempre siéntanse orgullosos de ser latinos", diría, y cerraría con un "mi gente de Canadá, hasta la próxima".
Sin embargo, era aún temprano para que Romeo Santos se fuera por completo. Así, el cantante regresaría a escena interpretando el tema "Huellas", dentro de una bañera, a la luz de la luna en pantalla. Después de un telón blanco descendiendo en escena, Santos reaparecería completamente de rojo, con un saco y pantalón que brillaban exuberantemente.
Con ese llamativo vestuario, Santos cerraría la noche interpretando el hit que catapultó su carrera como solista, "Propuesta indecente", el cual fue coreado por todo el recinto. "Hasta pronto, Canadá", se despediría Romeo, luego de dar muestra del amplio repertorio que ha cultivado desde sus inicios y que lo mantiene vigente como el referente o "rey" de la bachata moderna en el mundo.