Todos hemos sentido estrés, probablemente más de una vez en nuestra vida, pero ¿Por qué sucede esto? Pues la respuesta fácil nos dice que tiene que ver con la acumulación de tareas, trabajo o con enfrentar una situación de cambio que te impacte mucho.
Por ejemplo, es muy probable que tanto los alumnos que regresan a clase, como las personas que regresan al trabajo presencial en estos meses, estén pasando por cuadros de ansiedad y estrés. Pero, así como no podemos dejar de estudiar o trabajar, tampoco podemos vivir en una situación de estrés constante que nos deteriora físicamente.
Entonces ¿Qué hacemos? Hoy te queremos contar cómo la masoterapia puede ayudarte a manejar estas situaciones. Además, te contaremos de un lugar muy recomendado para hacerte masajes terapéuticos y relajantes en Montreal.
¿Qué es la masoterapia?
La masoterapia es una práctica dentro de la medicina holística que comprende varias técnicas manuales que interviene a nivel de los tejidos (piel, músculos, etc.) y articulaciones (tendones, ligamentos, cápsulas articulares, etc.) con la finalidad de tratar y prevenir lesiones, dolor u otras disfunciones del organismo. Entre sus numerosos beneficios, la masoterapia te sumerge dentro de un ambiente de relajación propicio para fomentar la relajación física y psicológica.
A través del contacto, el masoterapeuta percibe desequilibrios musculoesqueléticos, circulatorios, entre otros, los cuales pueden estar asociados a problemas sicológicos o emocionales
Para esto es necesario desarrollar una gran sensibilidad, por lo que solo un profesional en el campo está capacitado para hacerlo. Existen numerosas técnicas o estilos de masaje, los cuales se agrupan en dos categorÍas:
- Masaje de relajación: es un masaje con movimientos suaves y envolventes que tiene la finalidad de aliviar la tensión y alcanzar un estado mental de relajacióny descanso mental.
- Masaje terapéutico o descontracturante: es un masaje localizado, que se utiliza para relajar la musculatura y disolver las contracturas que se producen por el estrés, las malas posturas, la falta de descanso, una vida demasiado sedentaria, o la pérdida de movilidad.