Una precalificación hipotecaria no debe confundirse con una preaprobación. Es por eso que en este artículo Guillermo Varela, asesor financiero en Montreal en español, te ayudará a encontrar los puntos que debes de tomar en cuenta para diferenciar estos dos momentos distintos que te acercan cada vez más al sueño de la casa propia.
Cuando estás precalificado para una hipoteca, tu corredor de hipotecas -o la institución financiera de tu elección- tomará en cuenta tu situación financiera tal y como se la cuentas, sin hacer ninguna otra verificación.
Te pueden realizar algunas preguntas básicas sobre tu trabajo, ingresos, activos, pago inicial, deudas y gastos, para así ofrecerte una estimación de hasta cuánto pudieras calificar para un préstamo hipotecario.
Obtener una precalificación es aconsejable -incluso antes de que estés listo para comenzar a buscar una casa- porque te brindará información importante sobre lo que puedes pagar. La etapa de precalificación también puede generar señales de alerta desde el principio, por lo que tendrás tiempo para hacer los ajustes necesarios.
Una preaprobación lleva todo lo anterior un paso más allá, al recopilar información detallada sobre tu situación; también verificarán tu historial de crédito y obtendrás una carta de compromiso de un prestamista de que se te aprobará una hipoteca a una tasa específica por un monto específico.
Es un paso más formal para obtener una hipoteca. También puede darte cierto poder de negociación al comprar una casa.