La desnutrición es la condición que ocurre cuando nuestro organismo no recibe o no puede aprovechar los nutrimentos necesarios para su funcionamiento adecuado. Las principales causas de la desnutrición son:
Sociales: Afectan el medio en que vive la persona desde un punto de vista económico tales como la hambruna, la pobreza o la escasez.
Patológicas: Enfermedades que afectan la fisiología de la persona como por ejemplo el sida, la diarrea, las infecciones y las enfermedades gastrointestinales.
Psiquiátricas: Trastornos que afectan la forma de pensar de la persona y afectan su comportamiento tales como la anorexia y la bulimia.
Los niños, incluso desde el vientre de la madre, son los más vulnerables a la desnutrición. Otros grupos propensos a padecerla son las mujeres embarazadas, los lactantes, los adolescentes y los ancianos. Este padecimiento se desarrolla por etapas. Inicialmente genera cambios en la sangre, posteriormente, ocasiona disfunción o daño en órganos y tejidos y finalmente puede ocasionar hasta la muerte.
La desnutrición, según su grado, se clasifica de la siguiente manera:
Desnutrición de primer grado o leve: Personas cuyo peso corporal representa del 76 a 90% del esperado para su edad y estatura. En estos casos se consumen las reservas nutrimentales pero el funcionamiento celular se mantiene en buen estado.
Desnutrición de segundo grado o moderada: El peso corporal se encuentra entre 61 y 75% del ideal. Quienes la sufren, tienen agotadas sus reservas de nutrimentos.
Desnutrición de tercer grado o severa: El peso corporal es igual o menor al 60% del normal. Las funciones celulares y orgánicas se encuentran sumamente deterioradas y se tiene alto riesgo de morir. En los niños y adolescentes hay un retraso significativo en su crecimiento y desarrollo.
La desnutrición también se puede clasificar según la causa, la magnitud, gravedad o intensidad clínica y el tiempo de evolución o cronología. El tema de desnutrición es muy amplio, lo importante es tener los conocimientos básicos para evitarla o en su defecto, combatirla.
La desnutrición en los países en desarrollo se presenta con más frecuencia debido a la falta de recursos económicos y se puede manifestar en:
Marasmo: Déficit de proteínas y calorías. Sus características son apariencia muy delgada, debilitamiento muscular evidente, pérdida de grasa corporal, piel arrugada, caída del cabello y apatía. Es más común en menores de 18 meses de edad.
Kwashiorkor: Falta de proteínas. Sus características son hinchazón que esconde el adelgazamiento de los tejidos subyacentes, descamación de la piel, decoloración del cabello, abdomen inflamado y apatía o mal humor. Ocurre principalmente entre los 2 y los 4 años de edad.
TRATAMIENTO:
Consiste en la reposición de los nutrimentos que faltan, en tratar los síntomas en la medida de lo necesario y en atender cualquier condición médica que exista. Acude a tu médico o nutriólogo para que te ayude. Evita el automedicarte. La mayoría de las deficiencias nutricias se pueden corregir pero si la causa es una condición médica hay que tratar dicha condición con el fin de contrarrestar la deficiencia.
La diferencia entre desnutrición y malnutrición es que en la desnutrición nuestra dieta puede ser balanceada pero no suficiente para cubrir las necesidades de nuestro organismo, mientras que en la malnutrición nuestra dieta no es balanceada, es decir, tenemos exceso de algunos nutrimentos y escasez de otros. Ojo, es importante cuidar tanto la cantidad como el tipo de alimentos que consumimos, nuestra dieta debe contener las proporciones y las cantidades correctas de nutrimentos que necesitamos de acuerdo a nuestra complexión, nuestra edad, nuestro sexo y el tipo de actividad que desarrollamos. Debe también tomar en cuenta las características particulares de nuestro organismo tales como alergias o intolerancias y las del clima y otros factores del medio en que vivimos.
Amigo lector, te recomiendo acudir al médico si tu o tus hijos experimentan un excesivo adelgazamiento, desmayos, palidez, disminución de presión arterial, ausencia de la menstruación, deficiencia de crecimiento, caída rápida del cabello o hasta decoloración, mal humor o apatía e infecciones constantes. Si no cuentas con muchos recursos económicos piensa que la alimentación es primordial. Antes que nada, pide ayuda antes que caer enfermo y dejar de estudiar y trabajar. Te veo con gusto en mi próxima edición, no dejes de escribirme. Tú amiga nutrióloga Carmen Serdán (serdancar@hotmail.com).
Trece consejos de Carmen Serdán:
- Para evitar la desnutrición hay que procurar que nuestro régimen alimenticio incluya hidratos de carbono, proteínas, grasa o lípidos, vitaminas y minerales en forma balanceada. Podemos complementar nuestra dieta con suplementos vitamínicos y alimenticios. Es fundamental que estas medidas se fortalezcan y vigilen estrechamente durante el embarazo, la lactancia, la infancia, la adolescencia y la vejez.
- En los bebés es muy recomendable el consumo de leche materna, ya que cuenta con los nutrimentos que les permitirán desarrollarse de manera normal y crear defensas. Si la madre no pudiera amamantar a su bebé el médico familiar o pediatra recomendará la fórmula láctea que proporcionará al chiquillo una adecuada alimentación y nutrición. Vigilar la talla y peso del niño nos ayudará a monitorear su desarrollo.
- Una mujer se debe preparar para cuando sea madre acumulando reservas de micronutrientes y alimentándose bien. Ojo con el ácido fólico, hierro y calcio y la vitamina B12 en el caso de los estrictamente vegetarianos (veganos).
- Preparar los alimentos con limpieza, lavar las manos antes de preparar la comida o servirla y luego de ir al baño o cambiar el pañal puede evitar que el pequeño o cualquiera de nosotros se enferme, se desnutra y le bajen las defensas.
- Es muy importante acudir regularmente al médico durante el embarazo y controlar regularmente al bebé con un pediatra o médico familiar para evitar complicaciones, problemas de salud y prevenir la desnutrición.
- Si has perdido peso y masa muscular, para recuperarte inicia haciendo ejercicio de fuerza o pesas un día a la semana y después incrementa la frecuencia hasta llegar a 2 a 4 días por semana. Esto te servirá para fortalecer tus músculos, tus huesos y para mejorar tu postura. Te recomiendo subir escaleras, hacer abdominales (curl-ups) y lagartijas (flexiones de pecho o push-ups). Puedes utilizar mancuernas con peso en las muñecas de las manos. Compleméntalo con otros ejercicios tales como caminar, andar en bici o nadar. Si te cuesta animarte intenta unirte a clases de grupo como las de aerobics o fitness. Remata con ejercicio de flexibilidad y relajación. Todo esto te ayudara a sentirte mejor y tener un peso saludable.
- De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la anemia por falta de hierro es una de las más comunes deficiencias de nutrimentos en el mundo y afecta principalmente a las mujeres.
- La desnutrición incrementa el riesgo de infecciones.
- La principal causa para combatir la desnutrición es el evitar enfermarnos, que lamentablemente en algunos casos podría llegar a la muerte.
- Ojo, una persona puede estar delgada y tener problemas de colesterol. Por el contrario una persona obesa puede estar anémica. No te dejes llevar solo por las apariencias.
- Para combatir la desnutrición por lo general debe haber un aumento gradual en el consumo de calorías. El consumo de alimentos durante el día debe ser fraccionado en 5 ó 6 comidas repartidas durante el día.
- No desperdicies los alimentos, aprende a conservarlos y a compartirlos cuando por alguna razón te sobren.
- Recuerda que hay que nutrir no solo el cuerpo sino también la mente a través de actividades sanas y positivas.