Presión en el pecho, falta de oxígeno, sudoración excesiva son solo algunos de los síntomas que padecen millones de personas en el mundo las cuales pueden o no saber que esta angustia, algunas veces sin fundamento aparente, es en realidad un ataque de pánico. Este problema es sumamente serio y necesita, además del tratamiento, concientización.
Sergio Brodiano, Terapeuta de la Asociación de NaturoTherapeutes du Québec (ANQ) apunta que estos ataques son en realidad de angustia: “Hubo una de esas rachas de moda en que (por lo menos en Argentina), había mucha gente con ‘ataques de pánico’. Si bien existe en inglés la palabra ‘anguish’, claramente a los estadounidenses les gusta más ‘panic’. Ahora bien, en términos subjetivos pánico es angustia”.
“¿Es la angustia una manifestación de enfermedad? No. Claramente no. Desde que somos sujetos del lenguaje, podemos anticipar nuestra condición de mortales, ‘sabemos’ que nos vamos a morir, más allá que no podamos representarnos nuestra propia muerte. Esto nos inscribe en la condición de posibles angustiados”.
“Pero que no demos entidad de enfermedad a los ataques de pánico, no significa no respetar el enorme sufrimiento y limitaciones en la vida cotidiana que ellos conllevan” señala el experto con más de 20 años de experiencia.