Durante los últimos años, y particularmente en el desarrollo de la presente campaña electoral, una de las cosas que ha quedado clara es que no habrá amnistía para los trabajadores indocumentados. Eso es lo que se desprende de los planteamientos hechos por los representantes de los diferentes partidos políticos.
La explicación que siempre ha dado el partido en el gobierno es que dar una amnistía fomentaría el mismo problema que están tratando de solucionar. El gobierno teme que al dar una amnistía las personas recibirán la falsa idea de que esa es la manera de llegar a Canadá, y que por tanto creará la situación ideal para que se repita el problema. Esta posición es errónea en dos factores importantes:
El primer factor es el hecho de que ninguna de las organizaciones que han venido luchando por la regularización ha pedido una amnistía. Todas las organizaciones, y los mismos sindicatos, han pedido un programa de regularización basado en mérito.
Nunca se pidió una amnistía general. Se ha pedido que se seleccione a las personas que pudieran demostrar su establecimiento y que no tengan problemas penales. En este sentido, es contradictoria la posición del actual gobierno dada la necesidad que tiene de atraer nuevos inmigrantes para mantener el nivel requerido de población canadiense. De igual forma es absurda también la posición de deportar a los indocumentados, ya que estos son esenciales para poder mantener las industrias a flote, que es precisamente uno de los argumentos que los empleadores y sindicatos están planteando y por lo cual solicitan que estas personas no sean deportadas.
Es contradictorio también que el gobierno gaste millones de dólares anualmente para poder atraer inmigrantes que puedan llegar a establecerse sin problemas en Canadá, y que estén deportando a las personas que ya están aquí y que están bien establecidas.
En un reporte preparado para el Labour International Union of North America hace ya varios años, pero que representa el único estudio serio realizado hasta la fecha, se estima que en Canadá hay entre 200 y 500 mil personas que viven de forma indocumentada a través de todo el país.
El reporte también dice que estas personas están empleadas, son necesarias y están establecidas en el país. En tal sentido, es ridículo que el gobierno esté invirtiendo dinero en deportar esta fuente de recursos humanos ya establecida, y a su vez también esté invirtiendo dinero para reemplazarla trayendo nuevos inmigrantes que tendrán que ser ayudados a asentarse en el país.
El segundo factor erróneo en este tema es considerar que el regularizar a los indocumentados resultará en la llegada de más personas indocumentadas al país, y que por tanto con el tiempo se volverá a repetir el problema. La realidad es que el gobierno canadiense ha puesto en operaciones procesos de selección muy estrictos para las personas que solicitan visas.
Así, antes de que a alguien se le dé una visa de turista, de trabajo o de estudiante, la persona debe probar sin lugar a dudas que está bien establecida en su país y que tiene razones para regresar, y este freno en el consulado del país de origen impide que un promedio altísimo de personas puedan llegar a Canadá aun siendo visitantes genuinos.
Además, el tratado del tercer país seguro firmado entre Canadá y los Estados Unidos también es una garantía de que esa entrada se ha cerrado para más del 50% de las personas que llegaban a través de dicho país, y por consecuencia, las posibilidades de que al establecerse un proceso de regularización de los indocumentados que actualmente viven en Canadá se vuelva a repetir el número de indocumentados algún tiempo después es poco probable.
A todas luces, la posición adoptada por el gobierno en este tema es inaceptable, pero también es inaceptable la ausencia de esta temática en el resto de partidos políticos.
La semana pasada un periódico local la preguntó a los tres partidos mayoritarios sus posiciones sobre esta temática de los indocumentados, y las respuestas del Partido Conservador, del Partido Liberal y del Partido Nuevo Demócrata fueron completamente evasivas.
- El Partido Conservador de Canadá dijo: "No tenemos un problema comparable al de los Estados Unidos. Sin embargo, al tiempo que damos la bienvenida a los inmigrantes a este país que contribuyen a nuestra economía, vamos a seguir persiguiendo a los extranjeros que cometan delitos graves en Canadá".
- La respuesta del Partido Nuevo Demócrata de Canadá fue: "Liberales y conservadores han creado un problema con la inmigración, desde el programa de trabajadores extranjeros temporales hasta la reunificación familiar. Creemos en reglas justas, humanas y compasivas. Es por eso que luchamos por un período de gracia para los refugiados haitianos a principios de este año, y un camino justo hacia la ciudadanía para los Trabajadores Extranjeros Temporales".
- El Partido Liberal de Canadá dijo por su parte: "Bajo Stephen Harper, los canadienses están siendo alentados a tener miedo unos a otros, y nuestro país ha experimentado 10 años de declive en tres grandes áreas: la reunificación familiar, los refugiados y los solicitantes de ciudadanía. Un gobierno liberal terminará la década Conservadora de fracaso, y restaurará la equidad en el sistema de inmigración de Canadá".
Tres respuestas completamente evasivas que lo que dejan en claro es que el tema de los indocumentados no está en la agenda de prioridades de los principales partidos políticos en contienda. Lo que queda es entonces que todos sigamos luchando para que se dé un programa especial para las personas sin estatus, al tiempo que también encontremos formas dentro de los márgenes legales para que las personas que están en esta situación puedan obtener su residencia.
Publicado: 29/09/2015
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