Pese a que la semana pasado aseguró que no dimitiría a su cargo, Otto Pérez Molina ha renunciado a la presidencia de Guatemala para que pueda enfrentar el proceso judicial que lleva en su contra por cargos de corrupción; la fiscalía lo acusa de asociación ilícita, cohecho pasivo y caso especial de defraudación aduanera.
Se trata de una de las crisis políticas más grandes en la historia de la nación. La ex vicepresidenta Roxana Baldetti se encuentra bajo prisión preventiva desde el mes de mayo por los mismos cargos, y a la fecha son 30 los detenidos incluyendo a varios directivos de la Superintendencia de la Administración Tributaria, personajes de altos cargos están seriamente implicados en lo que sería un fraude bastante organizado.
Otto Pérez Molina envió una carta al Congreso de la República anunciando su renuncia. “Con la convicción de hacer lo correcto, me dirijo a usted y al honorable Congreso de la República para presentar mi renuncia al Cargo de Presidente de la República de Guatemala”, se expresa en la misiva. Pero antes de remitir la renuncia a la presidencia, la Fiscalía ya había emitido una orden de captura en contra del presidente.
“En la situación actual y teniendo en cuenta por sobre todo el interés del Estado, me corresponde continuar con el debido proceso y por lo tanto presentarme ante la justicia y dirimir mi situación personal”, señala Pérez Molina.
Miles de personas que habían tomado las calles para exigir la renuncia del mandatario, han celebrado esta decisión y piden que se llegue hasta el fondo del asunto y responsabilicen a todos los implicados en este grave caso de corrupción.
