Ocho hábitos culturales canadienses que todo inmigrante debe aprender

Mudarse a Canadá es un sueño para muchos, pero cuando se logra nadie sabe cómo será realmente la vida

Montreal · Publicado el: 05/20/2021

Emigrar no es fácil para nadie. Comenzar una nueva vida en un país diferente, sumergirse en una cultura diferente y usar un idioma diferente presenta muchos desafíos. Puede ir desde acostumbrarse a nuevos hábitos hasta afrontar grandes choques culturales.

Mudarse a Canadá es un gran sueño para muchos, pero cuando se logra y uno aterriza en Canadá, nadie sabe cómo será realmente la vida. ¿Vas a poder aguantar el frío? ¿Vas a encontrar trabajo fácilmente? ¿Podrás formar un círculo de nuevos amigos?

Hay muchas cosas que los inmigrantes debemos aprender para encajar en la sociedad canadiense y comenzar a sentir que Canadá es nuestro nuevo hogar. Con una actitud positiva y abierta hacia las diferencias, el proceso es sencillo. Lo fue para mi.

Estas son las cosas que aprendí viviendo en Ottawa desde 2018.

1. Libertad personal

La primera vez que conocí a la maestra de mi hija de prekínder, me sorprendió ver el color de su cabello. En realidad, había dos colores, rosa y morado. Eso era algo que nunca verías en mi país, porque la idea es lucir lo más profesional posible. El rosa y el morado no se consideran colores de cabello serios.

Me dijeron que es una cuestión de libertad personal. En Canadá, la forma en que la gente quiere verse no afecta la forma en que se juzgan sus capacidades profesionales.

2. Consultar la predicción del clima todo el tiempo

En Canadá, el clima es algo serio. Es inestable e impredecible. Durante mis tres años en Ottawa, he experimentado lluvia, nieve y sol el mismo día. Por lo tanto, es imprescindible controlar el clima todos los días antes de salir de casa. Nunca se sabe cómo va a resultar el día.

Lo mismo cuando quieras hacer planes para el fin de semana. ¿Va a llover? ¿Va a hacer frío? Esto no pasa en mi país. Tenemos un servicio meteorológico, pero es muy malo. No lo necesitamos de todos modos. El clima allí es bastante simple y estable.

3. Dicen "Buenas noches" cuando brilla el sol

Este fue muy extraño para mí. Entiendo que en invierno, cuando oscurece muy temprano, la gente dice buenas noches a las 4:30 pm, pero no en el verano cuando hay luz hasta las 9:30 pm (en Ottawa).

Descubrí que a partir de las 4 pm, los canadienses dicen que es de noche, sin importar si el sol brilla y es el momento más iluminado del día. La gente podría decir, "Que tengas una gran noche" o "¿Qué hiciste anoche?" (Es decir, a partir de las 5 pm).

4. Quítese los zapatos antes de entrar a la casa

En Canadá es un hábito común quitarse los zapatos cuando entra en su casa o en la casa de alguien y los pone junto a la entrada. Esto es algo que no pasa en mi país. Cuando visitamos a alguien pisamos el felpudo para quitarnos la suciedad, pero no nos quitamos los zapatos.

Con toda la nieve que llevamos en nuestras botas de nieve en invierno, entiendo que es necesario quitarme las botas, o cuando llueve, pero cuando no lo hace, me molesta tener que quitarme los zapatos. Lo hago de todos modos; es la norma en Canadá.

5. Diferencias en los horarios de las comidas

Los horarios para el almuerzo y la cena en Canadá no coinciden con mi reloj biológico y las costumbres de mi país de origen. Por lo general, la gente aquí almuerza al mediodía y cena a las 5 de la tarde. Eso es muy temprano para mí.

De todos los hábitos nuevos que he encontrado en Canadá, este es el único que no he podido asimilar. En casa, almorzamos a las 14h y la cena a las 20h.

6. Sin contacto físico

Viniendo de América Latina, me crie en una cultura que no se avergüenza del contacto físico. Saludamos con un beso o un abrazo todo el tiempo. Entonces, cuando me mudé a Ottawa, fue extraño tener que decir hola o adiós con solo un movimiento de la mano o un movimiento de cabeza.

Lo sentí demasiado impersonal y frío, pero eso fue antes de que comenzara la pandemia. Ahora es normal no acercarse a nadie en absoluto.

7. Sin interés en socializar

En mi país, y en América Latina en general, la gente tiene un don para socializar. Cualquier cosa puede ser una excusa para organizar una reunión informal. Es el cumpleaños de uno de tus colegas, una mamá en la clase de tus hijos va a tener un bebé, alguien se muda a un lugar nuevo o lo que sea. Todo es un buen motivo para reunirse o tomar un café en grupo.

En Canadá, la gente parece estar centrada en sus propias vidas, especialmente las personas con familias. Parece que tienen un círculo de familiares y amigos, y no están interesados ​​en hacer crecer ese círculo. Dicen que se necesita tiempo para ser amigos de los canadienses, pero no es una tarea imposible.

8. Salir cuando hace buen tiempo

Me tomó tres años comprender la necesidad canadiense de salir al aire libre cuando hace sol. Fue algo que no está en mi ADN. Podría perfectamente quedarme en casa haciendo casi cualquier cosa, sin importar cuán glorioso sea el día.

Muchas veces me pregunté por qué la gente en Canadá se volvía loca y tenía que salir de casa cuando hacía calor. Ahora soy uno de esos locos. Quedarme en casa cuando hace un día hermoso me hace sentir muy culpable. Los días cálidos y hermosos en Canadá son oro puro y los meses más cálidos no duran mucho, por eso.

¿Te identificas con estos hechos sobre vivir en Canadá? ¿Tienes más cosas en mente? ¡Comparte tus pensamientos! Cuídate.

Para más información, puedes visitar: ottawaisnotboring.com.

(Fotos: Carla Salazar)


5. Diferencias en los horarios de las comidas

Los horarios para el almuerzo y la cena en Canadá no coinciden con mi reloj biológico y las costumbres de mi país de origen. Por lo general, la gente aquí almuerza al mediodía y cena a las 5 de la tarde. Eso es muy temprano para mí.

De todos los hábitos nuevos que he encontrado en Canadá, este es el único que no he podido asimilar. En casa, almorzamos a las 14h y la cena a las 20h.

6. Sin contacto físico

Viniendo de América Latina, me crie en una cultura que no se avergüenza del contacto físico. Saludamos con un beso o un abrazo todo el tiempo. Entonces, cuando me mudé a Ottawa, fue extraño tener que decir hola o adiós con solo un movimiento de la mano o un movimiento de cabeza.

Lo sentí demasiado impersonal y frío, pero eso fue antes de que comenzara la pandemia. Ahora es normal no acercarse a nadie en absoluto.

7. Sin interés en socializar

En mi país, y en América Latina en general, la gente tiene un don para socializar. Cualquier cosa puede ser una excusa para organizar una reunión informal. Es el cumpleaños de uno de tus colegas, una mamá en la clase de tus hijos va a tener un bebé, alguien se muda a un lugar nuevo o lo que sea. Todo es un buen motivo para reunirse o tomar un café en grupo.

En Canadá, la gente parece estar centrada en sus propias vidas, especialmente las personas con familias. Parece que tienen un círculo de familiares y amigos, y no están interesados ​​en hacer crecer ese círculo. Dicen que se necesita tiempo para ser amigos de los canadienses, pero no es una tarea imposible.

8. Salir cuando hace buen tiempo

Me tomó tres años comprender la necesidad canadiense de salir al aire libre cuando hace sol. Fue algo que no está en mi ADN. Podría perfectamente quedarme en casa haciendo casi cualquier cosa, sin importar cuán glorioso sea el día.

Muchas veces me pregunté por qué la gente en Canadá se volvía loca y tenía que salir de casa cuando hacía calor. Ahora soy uno de esos locos. Quedarme en casa cuando hace un día hermoso me hace sentir muy culpable. Los días cálidos y hermosos en Canadá son oro puro y los meses más cálidos no duran mucho, por eso.

¿Te identificas con estos hechos sobre vivir en Canadá? ¿Tienes más cosas en mente? ¡Comparte tus pensamientos! Cuídate.

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(Fotos: Carla Salazar)

Empleos para Latinos en Montreal, Quebec


Ottawa no es aburrido

Carla Salazar

Tras mudarse desde su natal Perú en 2017 a Canadá, Carla Salazar se encontró con un país fascinante y sumamente entretenido. Junto con su esposo canadiense, ha vivido en diversos lugares como Toronto, Montreal y Vancouver, pero fue en Ottawa en el que encontró su lugar predilecto.

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