En todos los países de América se celebra el Año Nuevo, sin embargo cada país tiene sus propias formas y fiestas. Por ejemplo, en Brasil la mayoría gusta recibirlo vestidos de blanco en lugares tan tradicionales como la playa de Copacabana, en Río de Janeiro. La gente se reúne para apreciar un gigantesco espectáculo de fuegos artificiales. Otros hacen sus ofrendas a Yemanjá, diosa del mar del culto afro-brasileño candomblé. Algunos otros lanzan al mar gladiolos blancos en pedido de paz, rojos para conseguir el amor y la pasión durante todo el año o amarillos para atraer el dinero. También en Nicaragua gustan en Año Nuevo de bañarse en el mar, ríos o lagunas para recibir limpios y de cara al sol el año que inicia.
No obstante, los fuegos artificiales son una especialidad en Chile. En la bahía del Puerto de Valparaíso, a 120 km al oeste de Santiago, se realizan espectáculos que incluyen la detonación de 24 toneladas de pirotecnia, en casi 30 minutos de duración, el cual es considerado uno de los tres más importantes del mundo.
Otra peculiar forma de dejar atrás el Año Nuevo se da en Uruguay, más específicamente en las oficinas de Montevideo: por sus ventanas salen disparados los calendarios del año que se fue. No se quedan atrás los cubanos, quienes suelen arrojar baldes de agua para purificar su hogar, una costumbre inspirada (como en el caso brasileño) en las religiones africanas.
Otra tradición destacada ocurre en Colombia, donde se colocan espigas de trigo en la mesa de la cena de Año Nuevo para llamar a la abundancia y se ponen tres papas bajo la cama: una pelada, una a medio pelar y otra sin pelar. A medianoche, se elige una sin mirar: la pelada representa un mal augurio, la medio pelada ni el bien ni el mal y la que no está pelada depara gran bonanza.
En Bolivia y Perú acostumbran estrenar ropa interior de colores: roja para atraer el amor, amarilla para el dinero o blanca para la armonía. Los mercados peruanos están llenos de calzones y calzoncillos amarillos de todos los tamaños, siendo las tangas o “hilo dental” los más llamativos. En Perú también se queman muñecos de personajes antipáticos de la política o de la farándula local, en una gran catarsis social.
¡A COMER!
La cena de Año Nuevo es un evento que también tiene sus variables. El cerdo es un platillo popular en Bolivia, donde según la creencia popular éste va siempre hacia adelante, nunca retrocede. En Cuba, muchas familias ahorran durante todo el año para tener una cena de Año Nuevo con cerdo como platillo central, acompañado de arroz, frijoles negros y yuca.
El Salvador y Nicaragua prefieren la gallina rellena o pavo, mientras México defiende la originalidad de sus “romeritos”, camarones en hierbas con salsa de mole, cuya receta es de origen prehispánico y a base de chocolate.
Pero todos los países, a excepción de unos pocos, como Argentina o Uruguay, están de acuerdo en la importancia de comer doce uvas con las campanadas de medianoche para tener dicha y prosperidad en cada uno de los meses siguientes.
Y en tu país de origen, ¿cómo celebrabas el Año Nuevo?