La semana pasada hubo manifestaciones en diversas ciudades de por lo menos cinco provincias de Canadá pidiéndole al gobierno federal que agilice la llegada al país de las personas que están siendo patrocinadas por sus parejas y que por cuestiones de la pandemia sus casos han quedado paralizados por el momento impidiendo la reunificación familiar.
Los medios de comunicación han reportado muchas historias de personas que se encuentran en esta situación, y yo personalmente tengo un par de casos de este tipo. El caso más trágico en mi oficina es el de una ciudadana canadiense que se casó con un muchacho en el país de origen de este. Iniciamos el trámite y el 3 de marzo, el muchacho tuvo la entrevista en el consulado canadiense y la Oficial de Inmigración le dijo que todo estaba bien, que había sido aceptado, y que en un par de semanas le iban a enviar una carta diciéndole a dónde tenía que enviar su pasaporte para estamparle la visa con la cual podría entrar a Canadá, así como también la confirmación de residencia permanente para que se le sellara la residencia al entrar.
Pero por mala suerte para ellos, un par de semanas después se declaró la pandemia y se pararon la mayoría de los procesos (a menos que fueran personas que necesitaran venir a Canadá a brindar servicios esenciales) y los consulados se dedicaron a repatriar a los ciudadanos canadienses y residentes temporales que se encontraban estancados en distintos países del mundo y que necesitaban ser traídos nuevamente a Canadá.
Desde ese 3 de marzo hasta el día de hoy recibo por lo menos un email cada semana de la patrocinadora, preguntándome qué está pasando, y lamentablemente la respuesta que le he tenido que dar durante estos cinco meses ha sido que todavía no hay nada, que revise el sitio web del Departamento de Inmigración en el cual es bien claro que los procesos están básicamente detenidos, a menos que las personas vengan a dar un servicio esencial, etc.
Pero obviamente las parejas que se encuentran separadas no son muy receptivas con esta respuesta, y esto es exactamente lo que está pasando con las personas que han estado protestando a través de todo el país, quienes le piden al gobierno que le permita a sus patrocinados llegar a Canadá.
Es interesante notar que desde siempre a las parejas (matrimonios y casos de cónyuges) se les dio prioridad de procesamiento, y que en los últimos años en realidad los tiempos de procesamiento se habían reducido sustancialmente. En algunos casos se estaba obteniendo la residencia permanente, ya sea desde dentro de Canadá o desde fuera, en un periodo de entre 8 y 10 meses.
A esta pareja que le llevo el caso en mi oficina, por ejemplo, yo le dije que el muchacho estaría en Canadá en un periodo aproximado de entre 10 y 12 meses, y efectivamente así hubiese sucedido a no ser porque llegó el COVID-19.
En una carta que envió la crítica de Inmigración del Partido Nuevo Demócrata, Jenny Kwan, al Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Marco Mendicino, le dice que una forma de poder ayudar a las parejas patrocinadas para que lleguen a Canadá es que se les dé una visa de turista o un permiso de residencia temporal para reunificarse con la familia, y que luego, si es necesario que tengan que salir del país para ir a recoger su residencia permanente, que lo hagan.
Esa definitivamente sería una buena medida que ayudaría a paliar la situación difícil que actualmente están enfrentando estas parejas. Y, de hecho, la mayoría de estas personas, incluidos mis clientes, han tratado de obtener una visa de turistas para llegar a Canadá y poder reunificarse, pero creo que en un 99 por ciento de los casos estas visas han sido rechazadas porque el Oficial de Inmigración piensa que, ¡y es lógico que lo piense!, si estas personas llegan a Canadá no lo van a hacer temporalmente, sino que se van a quedar con sus familias.