Según Platón, "el amor es la alegría de los buenos, la reflexión de los sabios, el asombro de los incrédulos". El genial filósofo griego deja huellas en la historia por sus profundas ideas, entre ellas las dedicadas a este noble y bello sentimiento.
La modernidad maneja un concepto equivocado del llamado "amor platónico". Califica así al no correspondido, al que nunca podrá ser conquistado. ¡Gran tergiversación histórica! El punto de vista de Platón es muy diferente: "Debe considerarse más valiosa la belleza de las almas que la del cuerpo, de suerte que si alguien es virtuoso del alma, aunque tenga un escaso esplendor, séale suficiente para amarle, cuidarle… y se considere de esta forma la belleza del cuerpo como algo insignificante".
Ese es el razonamiento básico del verdadero "amor platónico". Es el que antepone la hermosura interior a la belleza física. Parafraseando a El Principito, es aquel que solo se ve con el corazón, nunca con los ojos. Por concepciones como esa, generada cuatrocientos años antes de nuestra era, es que el pensamiento de Platón sigue siendo inmenso.
Le añado a este genial concepto que "amar es compartir". Es compartir todo con la persona amada: los sueños, los triunfos, las alegrías, las tristezas, la vida misma. Estamos en febrero y la aureola de San Valentín ilumina como en ningún otro mes del año. Por eso creo imprescindible hablar de amor, el sentimiento que mueve el mundo.
Te propongo analizar dos frases de dos importantes escritores. Merece la pena hacerlo para cerciorarnos de que, ciertamente, estamos enamorados.
La primera es de Gabriel García Márquez: "Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo". ¿Eres afortunado, optimista y no temes cuando estás al lado de la persona que amas?
Otro punto de vista es el de Antoine de Saint-Exupery. Él nos abre los ojos cuando afirma: "Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección". ¿Lo haces así? ¿Miras el futuro junto a tu ser querido, analizas el pasado y vives el presente?
Si las respuestas a estas dos preguntas son afirmativas y si te consideras un ser optimista y seguro de sí mismo cuando estás al lado de tu pareja, puedes vivir convencido: ¡Estás enamorado! Vale la pena, entonces, disfrutar todo lo hermoso esta semana del amor.