Hola: ¿Qué tal?
Este fin de semana visité el museo McCord para ver sus exposiciones. Aquí te traigo un resumen de las 3 exposiciones que encontrarás en este maravilloso museo.
Antes de comenzar quiero resaltar 3 elementos del museo McCord los cuales lo hacen ser una visita altamente recomendable. Primero, es un museo muy montrealés. Las exposiciones siempre hacen referencias a la cultura, la vida de la ciudad y el día a día de quienes vivimos y convivimos en esta ciudad tan multicultural.
Lo segundo es que siempre tienen un espacio/ una exposición reservada a la fotografía y eso lo agradezco mucho. El ojo de un fotógrafo es muy particular y lo considero tan artístico como la visión y talento de un pintor o escultor.
Lo tercero es la originalidad de sus exposiciones. El museo tiene una puesta en escena moderna, variada y bastante interactiva.
La primera parada fue la exposición de fotografía titulada Life before digital (la vida antes de lo digital) de Michel Campeau. Campeau se define como recolector a su vez que fotógrafo profesional. Ha dedicado su vida a tomar y a coleccionar fotografías.
Hoy en día todos somos fotógrafos gracias a los teléfonos inteligentes; sin embargo, todavía recuerdo como amigos tenían sus cuartos oscuros dedicados a revelar e imprimir sus fotografías. Tomar buenas fotos a finales del siglo pasado era todo un arte reservado para pocos con talento y paciencia. Se trabajaban horas y días para lograr el color perfecto además de la calidad deseada a nivel de imagen.
Campeau hace una retrospectiva de ese mundo no tan lejano que la mayoría de nosotros recuerda como si fuera ayer.
La segunda parada es una exposición totalmente interactiva dedicada a los cuentos tradicionales para niños. Con un despliegue de juguetes antiguos, la exposición invita a los niños a descubrir diferentes personajes y objetos para así romper con un maleficio lanzado por un hada llamada Carabosse.
En este espacio, los niños pueden disfrazarse, montarse en una carroza al estilo de la Cenicienta, descubrir al lobo de la Caperucita roja o sumergirse en las aguas profundas de la Sirenita.
Finalmente, en el tercer piso del museo encontré la exposición de otro fotógrafo llamado Gabor Szilasi.
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