Durante el mes de noviembre hice realidad una idea que me rondaba por varios años. Quería acercar mi cultura a la escuela de una manera lúdica y divertida. Así pues, con el apoyo de la dirección y del equipo de español de la escuela, creamos la “Semana latina: Visión latina”. Te quiero hablar un poquito de ello.
El objetivo era buscar actividades en español que transmitieran nuestra cultura saliendo un poco de las aulas. Decidimos hacer una actividad por día dedicada a un grupo específico de alumnos adaptados a su edad y a su nivel de español.
Con los pequeñitos de maternal (niños entre 5 y 6 años) compramos las piñatas. Ellos ni siquiera sabían cómo funcionaba aquello de darle palo a algo que colgaba desde el techo. ¡Era toda una novedad! Lo primero que hicimos fue dividir los salones entre niñas y niños. Luego hicimos un círculo grande alrededor de cada piñata y les empezamos a cantar: Dale, Dale, dale a la piñata! Enseguida los niños comprendieron y tomaban su turno.
Para evitar accidentes, llenamos las piñatas con cofettis y papelillos que volaron por todo el gimnasio. Después los niños de 6to grado, entregaron una bolsitas de sorpresas a cada niño con un anillo y una pequeña trompeta. No me olvidaré jamás de la cara de alegría de esos niños! No dejaban de decirme: "¡Gracias Srta. Castillo! ¡Gracias!".
La semana también contó con un menú especial en la cafetería lleno de empanadas, paella, y arroz con frijoles. El cocinero quiso colaborar con nosotros y sus menús quedaron deliciosos.
Con ese humor tan mexicano que tanto me recuerda a Cantinflas, David o mejor dicho Dada hizo reír y disfrutar de una tarde muy bonita a los niños de 1ero y 2do grado. Dada puede ser mago, acróbata y hasta mimo! Qué privilegio contar con su ayuda!
Con una profesora de música cubana, no era de extrañar que conociera a un grupo que tocara y cantara música caribeña. Así pues, reunimos a toda la escuela en el gimnasio y los pusimos a bailar! ¡Qué alegría! ¡Qué desparpajo! Nunca me imaginé que los niños fueran a bailar y celebrar como lo hicieron. El merengue, la bachata y la salsa se contagian. ¡Yo lo presencié!
Además organizamos clases de baile, cuenta cuentos, y los niños tocaron instrumentos como los tambores y pequeños cuatros.
Personalmente esta fue una de las actividades más significativas para mí. Yo soy muy asidua de visitar la librería Las Américas como lo he mencionado en otras entradas. Siempre había querido enlazar la librería con mis alumnos pero la distancia entre Montreal y Terrebonne es de 45 minutos, con lo cual hace que mis alumnos no visiten la librería con frecuencia. En la provincia de Quebec, encontrar libros en español es muy difícil así que cuando Antonio, el librero, me dijo que podía desplazarse a mi escuela para montar una pequeña feria, yo salté de la emoción.
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