Una de las habilidades que nos ayudan a vivir en el presente de una manera mucho más feliz se llama "Resiliencia", que de una forma muy sencilla, podríamos definir como la capacidad que tenemos los seres humanos para recuperarnos después de un descalabro.
Desgraciadamente muchos de nosotros tenemos muy poco ejercitado el músculo de la resiliencia, demoramos mucho en volver a vivir en el presente después de una situación negativa en nuestra vida. De hecho, muchos de nosotros permanecemos viviendo en el pasado por meses, incluso años.
Personas que se lamentan por los mismos errores o circunstancias de la vida incluso después de décadas, adultos que siguen molestos con amigos de la primaria y familiares que nunca más se hablan después de un pequeño problema.
No estoy diciendo que debas salir a contentarte con todas las personas a tu alrededor. Soy realista y entiendo que algunas relaciones más vale no volver a frecuentarlas.
Sin embargo, en nuestra mente, muchos de nosotros seguimos recreando, reviviendo esos momentos en los que fuimos maltratados o sentimos que se aprovecharon de nosotros. Son recuerdos tan reales que nos desencadenan una serie de sensaciones en nuestro cuerpo. Sentimos como un nudo en la garganta ó bien un nudo en el estómago cuando recordamos esos momentos.
Esto se debe a que el cerebro no distingue entre ficción y realidad. Por esta razón, cada vez que tú vives nuevamente el recuerdo, tu cerebro sufre de la misma forma que lo hizo en un inicio. Las personas ya se fueron, incluso tal vez algunos de los involucrados ni siquiera se encuentren en este mundo terrenal, pero sin embargo tú sigues con su recuerdo vivo en tu mente y eso te causa tristeza.
Como Conferencista y Coach de Vida, una de mis misiones es la de identificar hasta las formas más sutiles con que autosaboteamos nuestra existencia. Aquí explico la forma número 003 de autosabotaje, que es precisamente dejarse envolver en estos sentimientos e invertir nuestro presente en algo que nunca va cambiar (nuestro pasado), desperdiciando literalmente trozos de vida que se nos escapan en forma de segundos, minutos, horas y semanas.
Así que ya lo sabes, cada vez que te sorprendas reviviendo este tipo de situaciones, evoca un sentimiento en tu presente, algo que tengas que agradecer, algún momento feliz de tu existencia actual y verás como educarás a tu mente a salir de ese círculo vicioso.
Los recuerdos deben ser utilizados solo como aprendizaje. Es importante conservarlos como lecciones que no queremos volver a repetir, sin embargo no por ello debemos tenerlas siempre presentes en nuestra vida.
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