El único largometraje de la cineasta afrocubana Sara Gómez es un extraordinario retrato de la Cuba posterior a la revolución. Este filme, híbrido en su forma, combina técnicas de documental etnográfico con ficción narrativa, permitiendo una fluidez entre ambos estilos.
Gómez logra crear una estética minimalista y discreta utilizando película de 16mm. Esto se ve acentuado por la elección de escenarios reales y actores no profesionales que aportan experiencias de sus propias vidas a la narrativa.
La Historia
Ambientada en el barrio residencial de Miraflores, un área suburbana de La Habana construida para reemplazar los barrios de chabolas, la historia ficticia gira en torno a la relación entre Mario, un obrero de fábrica, y Yolanda, una maestra de clase media. A medida que avanza el filme, el tumultuoso romance entre ellos les obliga a confrontar sus valores, prejuicios y contradicciones. El machismo de Mario es desafiado, mientras que los prejuicios de Yolanda emergen al enseñar a niños desfavorecidos.