Cuando mi esposo canadiense les dijo a sus amigos que se mudaba de regreso a Canadá en medio del invierno, con su esposa y tres hijos que siempre habían vivido en Perú y que nunca habían experimentado temperaturas inferiores a 14 grados centígrados, pensaron que estaba loco.
Pensaron que iba a ser un shock y sintieron pena por nosotros. Sin duda, fue el mayor desafío en nuestras vidas, ¡pero sobrevivimos! Y como dicen, cualquier cosa que no te mate, te hace más fuerte.
El día de nuestra llegada a Ottawa fue el más duro. Siempre recuerdo a mi hija de 4 años llorando: "¡No me gusta este país que hace tanto frío!"
Cuando mis tres hijos tuvieron que ir a la escuela pocos días después de nuestra llegada, sentí mucha pena por ellos sabiendo que el recreo afuera duró 40 minutos a las 10 o 15. Esperaba que los maestros fueran misericordiosos y los dejaran quedarse adentro, pero nunca sucedió.
Cada vez que mi pequeña se quejaba del frío, su maestra solo le decía que corriera y saltara.
En cuanto a mí, mi primer invierno no me atrevía a caminar por las calles ni a ir al parque más cercano. Tenía miedo de congelarme los dedos de las manos o de los pies. En realidad, ese primer invierno, solo vimos la mayor parte de Ottawa desde el automóvil. Fue en primavera cuando finalmente pudimos hacer turismo y descubrir la ciudad.
Ahora, después de tres años en Canadá, ya no le tengo miedo al frío. No lo odio ni me quejo. Simplemente lo acepto como parte del país y la ciudad que amo. El invierno puede ser muy bonito si lo miras con otros ojos y con una actitud positiva.
En esta publicación te contaré cuáles fueron mis estrategias para abrazar el invierno en Canadá.
Coincidir
Siempre he admirado la resistencia de los canadienses al frío. No podía creerlo cuando vi al hijo de mi vecino yendo a la escuela con pantalones cortos a las -11. No podía creerlo cuando vi a las niñas en las escuelas de mis hijas vistiendo faldas sin leggings o pantimedias, solo piernas desnudas, cuando caminaban de regreso a casa a casi -20.
Creo que inconscientemente al menos he estado tratando de igualar esa resistencia al frío y de preocuparme menos por el frío cada vez que salgo. Justo el otro día salí y pasé 40 minutos a -8 sin gorro y guantes, y para mi sorpresa, no morí de frío.
Comparando
No puedo evitar comparar el clima de Canadá con el clima de mi ciudad natal y, por sorprendente que parezca, el clima de Canadá me parece mucho más interesante y emocionante.
Lima, mi ciudad, tiene un clima muy aburrido en comparación con Canadá. No llueve (solo neblina), no nieva, no hay tormentas eléctricas, ni truenos ni relámpagos. Hay poco viento. Es solo una especie de clima sin incidentes.
Por otro lado, en mis tres años en Canadá, he disfrutado de un clima diferente. He visto majestuosas tormentas eléctricas, lluvias copiosas, vientos fuertes que sacuden tu casa y ventiscas. Y cada vez que sucede uno de esos, tomo mi teléfono celular para grabar todo. ¡Me encantan estos espectáculos de la madre naturaleza!