Este lunes, el Primer Ministro de Canadá, Mark Carney, expresó sus condolencias por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, destacando su vida dedicada a la compasión, la justicia y la fe.
“Hoy me uno a los canadienses y a los católicos de todo el mundo en el luto por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, Obispo de Roma, un pastor con profunda claridad moral, valentía espiritual y compasión sin límites”, señaló Carney en su mensaje oficial.
Un líder espiritual que redefinió el papel del liderazgo en el siglo XXI
Durante su pontificado, el Papa Francisco fue una voz poderosa en temas sociales y ambientales. En su histórica encíclica Laudato si’, hizo un llamado a escuchar tanto “el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, señalando que la degradación ambiental y la injusticia social están estrechamente conectadas.
Carney, quien tuvo la oportunidad de colaborar con el Papa a través de su participación en el Consejo para un Capitalismo Inclusivo del Vaticano, subrayó la manera en que el Pontífice promovió una visión económica centrada en la dignidad humana y en la equidad intergeneracional.
Un mensaje que marcó a Canadá y al mundo
En 2014, durante el encuentro en el Vaticano titulado "El Bien Común Global: Hacia una Economía Más Inclusiva", el Papa Francisco ofreció una metáfora que, según Carney, ha guiado su pensamiento desde entonces. Comparó a la humanidad con el vino –rico, diverso y lleno de espíritu– y al mercado con la grappa –intenso, destilado y a veces desconectado–, instando a "volver a convertir la grappa en vino", es decir, reintegrar los valores humanos en la vida económica.
Su Santidad dejó una huella profunda en Canadá con su histórica visita y disculpa a los Pueblos Indígenas por el papel de la Iglesia en el sistema de escuelas residenciales, escuchando los testimonios de sobrevivientes y sus descendientes, y dando un paso significativo hacia la reconciliación.