Por Vilma Filici
filici@filici.com
El gobierno liberal anunció el viernes de la semana pasada una serie de medidas migratorias que beneficiarán a los trabajadores migrantes temporales, a las parejas abusadas y a los residentes con familiares no declarados. En esta columna me voy a referir específicamente al tema de los familiares no declarados, sobre los cuales el Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Ahmed Hussen, dijo que es un proyecto piloto de dos años, el cual estará vigente desde el 9 de septiembre de 2019 hasta el 9 de septiembre de 2021.
Este proyecto piloto permitirá a un refugiado legal, o a un inmigrante que no haya declarado a un miembro de su familia, la oportunidad de patrocinarlo si éste es un dependiente. Hay que recordar que actualmente el hecho de no declarar a un miembro de la familia al momento de solicitar la residencia permanente significa que un inmigrante legal no puede patrocinar a ese miembro de la familia en el futuro.
¿Por qué es importante esta nueva medida migratoria?
El anuncio es sumamente importante ya que se ha tratado por todos los medios que se revoque esa sección de ley, la cual fue implementada con el Acta de Inmigración del 2002. Se intentó eliminarla acudiendo ante la Corte Federal varias veces y se hizo cabildeo para que se quitara pero no ha habido éxito. La ley requiere que cualquier persona que esté haciendo un trámite de residente permanente en Canadá incluya a todos sus dependientes; ya sea que vengan al país junto con la persona o no.
Por dependientes se entiende hijos, esposa o pareja en unión libre, quienes tienen que hacerse los exámenes médicos. Si estos además son mayores de 18 años tienen que hacerse también los exámenes policiales, vengan o no a Canadá.
Básicamente, la legislación dice que si los dependientes de una persona que está tramitando la residencia permanente no se hacen los exámenes médicos en el momento en que se está haciendo el trámite, esos dependientes quedan excluidos como miembros de la clase familiar de por vida. Esto implica que en estas situaciones hay una separación de hijos y padres, o parejas casadas o en unión libre para siempre, ya que no se pueden patrocinar.
¿Cómo se veían afectados los familiares no declarados anteriormente?
Cuando el Parlamento Federal estaba haciendo las consultas para los cambios de la Ley de Familia en el año 2017, una de las secciones de ley que más se discutió en el Comité Parlamentario sobre la Clase Familiar fue precisamente la Ley 117 (9) (d) de los reglamentos. La discusión se dió porque esta ley no discrimina entre las personas que no declararon a sus hijos, a sus esposas o parejas en unión libre adrede porque eran inadmisibles y podían hacer que sus familiares también fueran declarados inadmisibles.
También se mencionó aquellas otras situaciones en las que por ejemplo una persona había tenido un divorcio conflictivo y su ex esposa o ex esposo tenía custodia absoluta de los hijos menores y el poder de decidir si los niños se hacían o no los exámenes médicos. De la misma manera está el caso de los refugiados, quienes por cuestiones de seguridad terminan siendo separados de sus familias. Por ejemplo, unos familiares pueden estar en un campo de refugio y otros se pueden encontrar desaparecidos; por lo tanto el solicitante principal simplemente no puede hacer que sus hijos se hagan los exámenes médicos.
Entonces, era injusto que estas personas sufrieran las mismas consecuencias de alguien que tomó la decisión de no hacerle los exámenes médicos a sus dependientes por cualquiera hubiese sido el motivo.
Recuerdo que durante esas consultas del Comité Parlamentario sobre la Clase Familiar, la Asociación de Abogados, organizaciones comunitarias, la Asociación de Consultores de Inmigración, absolutamente todo el mundo discutió esta cláusula y le pidió al Comité que considerara eliminarla porque era muy injusta y cruel.
Luego, hace más o menos tres años, se dio una decisión de la Corte Federal sobre una familia que no declaró a uno de sus hijos. Ellos tenían dos hijos y venían de un país que solamente permitía tener un hijo. Cuando solicitaron la residencia permanente, no declararon al hijo menor por el temor a tener consecuencias con su propio gobierno porque habían roto la ley teniendo dos hijos.
Cuando llegaron a Canadá se establecieron e hicieron el trámite para traer a ese otro niño y fueron rechazados por esta sección de ley, porque no se había hecho los exámenes médicos y por lo tanto quedaba excluido como miembro de la clase familiar. En ese momento la Corte Federal dictaminó que era un tratamiento cruel el que se le estaba dando a este niño, el cual no podía ser responsable por decisiones que habían sido tomadas por sus padres.
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