Nací con dos pies izquierdos, bailar nunca fue lo mío. Aunque hice mis intentos, jamás logré que mis pasos siguieran el ritmo de la música. Recibí clases de danza árabe, practiqué salsa casino, y hasta tomé unas cuantas lecciones de bachata. Traté desde lo más profundo de mi corazón no hacer el ridículo cuando debía mover mi cuerpo mientras sonaba alguna melodía de fondo; pero mis pies siempre pisaron los del otro y digamos que, aunque soy venezolana, no corre sangre latina por mis venas. Es una lástima, siempre envidié la soltura de muchos, y ese oído extraordinario del que tanto carezco.
Es cierto, mis movimientos al bailar no son precisos, pero eso poco importa si tomamos en cuenta que, independientemente de mi escasa destreza en cualquier pista, cada vez que intento coordinar mis pasos, consiento enormemente mi organismo. Según muchos expertos, bailar es sumamente beneficioso por varias razones; te compartimos siete motivos para hacerlo:
· Protege el cerebro. Al bailar aumenta la conectividad de este importante órgano, lo que, entre otras cosas, puede prevenir enfermedades neurodegenerativas como la demencia senil o alzhéimer. Cuando realizamos esta actividad, trabajamos la coordinación y el equilibrio, y mejoramos nuestra concentración, la memoria y los reflejos.
· Beneficia el corazón. Bailar fortalece nuestro corazón, estimula la circulación sanguínea, y controla nuestra presión arterial. Además, ayuda a aumentar el colesterol “bueno” (HDL) en la sangre, y disminuye el “malo” (LDL).
· Brinda flexibilidad y resistencia. Quienes bailan saben lo importante que es alcanzar el rango de movimiento de los músculos del cuerpo; al hacer esto trabajamos la flexibilidad. Bailar de forma regular aumenta nuestra resistencia, fortalece nuestros músculos y huesos, y mantiene las articulaciones lubricadas.
· Permite quemar calorías. Cada vez que nos movemos al son de la música ejercitamos nuestro cuerpo, lo que nos ayuda a mantenernos en forma. Sin importar qué tan bien lo hagamos, bailar es una manera divertida de perder peso y de lograr la figura que tanto deseamos. Además, favorece la eliminación de toxinas y permite eliminar el exceso de grasa.
· Mejora la postura. Durante el día solemos “estropear” nuestra postura, y una manera de corregirla es bailando. Bailar permite fortalecer nuestros músculos y huesos, y le da mayor flexibilidad a la columna. Gracias a esto, el cuerpo puede sostener una postura adecuada, logra una correcta alineación, y se libera de las tensiones.
· Favorece la autoestima. Realizar un paso bien dado, o ver cómo con la práctica logramos movimientos más fluidos, mejora nuestra autoestima y nos sube el ánimo. Por ello, nos sentimos entusiasmados cuando bailamos: sabemos que cada vez lo haremos mejor, lo que influye de manera positiva en nuestra confianza.
· Nos da felicidad. ¿Quién no sonríe cuando baila? Moverse al compás de una melodía le alegra la vida a cualquiera. Al hacerlo, nuestro cuerpo produce serotonina y endorfinas, unas sustancias que generan bienestar y combaten el estrés. Además, esta actividad social nos obliga a relacionarnos con el otro, ayudándonos a superar cualquier sentimiento de soledad y timidez.
Bailar es maravilloso. A diferencia de otras disciplinas o ejercicios, no necesitamos tener una edad específica ni contar con un montón de equipos o accesorios. Es un arte y una forma de expresarnos que no sólo beneficia nuestra mente y nuestro cuerpo, sino que resulta divertido y sumamente liberador. Ciertamente es un reto para muchos, pero luego de conocer estos beneficios, seguro dejarás atrás los complejos y pondrás a mover ese esqueleto. ¿Qué esperas?
