Alimentos Funcionales

La nutrición está hoy por hoy experimentando un cambio significativo.

Montreal · Publicado el: 09/10/2013

Tradicionalmente, la nutrición ha buscado aportar - a través de los alimentos - las correctas proporciones de nutrientes básicos, tales como hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales así como las calorías suficientes para satisfacer las necesidades orgánicas de cada uno de nosotros. En la actualidad este concepto clásico de nutrición equilibrada tiende a ser sustituido por el de nutrición funcional que además de hacer referencia a la capacidad de nutrir se refiere a la contribución que pueden tener algunos alimentos para promocionar la salud, mejorando el bienestar y reduciendo el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. Así surge el concepto de los llamados alimentos funcionales entre los que podemos mencionar los prebióticos y probióticos, palabritas que escuchamos cada vez más a menudo en los distintos medios de comunicación.

Los alimentos funcionales son alimentos  modificados que proveen beneficios a la salud más allá de la nutrición básica, es decir, producen un impacto beneficioso. Estos alimentos además de mejorar el estado de salud, disminuyen el riesgo de contraer enfermedades y su consumo no posee efectos nocivos o dañinos.

Alimentos Probióticos: En condiciones normales tenemos una gran variedad de microorganismos viviendo en los intestinos y constituyendo la flora intestinal del ser humano. Muchas de estas bacterias son beneficiosas para nuestro organismo y conviven en equilibrio entre ellas. Si por algún motivo (por ejemplo la utilización de ciertos antibióticos) este equilibrio se rompe se pueden producir diversos trastornos intestinales. Por esta razón es importante mantener las funciones de las bacterias beneficiosas del intestino. Los alimentos probióticos contienen bacterias, es decir son cultivos activos.  Como ejemplos tenemos el queso y el yogurt que al contener lactobacilos y bifidobacterias ayuda al renovar la población de microorganismos benéficos en nuestro intestino. Al consumirlos nuestro sistema inmune se ve reforzado mejorando nuestra capacidad de prevenir o corregir problemas digestivos o enfermedades como el cáncer.

Este tipo de alimentos pueden también administrarse como suplemento alimenticio en cápsulas u otras presentaciones ya disponibles en  las tiendas naturistas y supermercados.

Alimentos Prebióticos: Son productos alimenticios no digeribles, tales como por ejemplo las fibras, que estimulan el crecimiento de las bacterias benéficas presentes en el colon. Como segundo ejemplo podemos mencionar un azúcar llamado inulina que se encuentra en algunos vegetales como el ajo, la cebolla, el puerro, los espárragos, la alcachofa, el trigo, el plátano y la achicoria.  Otros ejemplos de alimentos funcionales pueden ser los huevos enriquecidos con ácidos grasos esenciales omega-3 que ayudan a reducir el riesgo de afecciones cardíacas, los cereales con ácido fólico que ayudan a reducir el número de niños que nacen con espina bífida y las margarinas con fitoesteroles que reducen el colesterol y disminuyen el riesgo de padecer afecciones cardiacas.

Amigo lector, los alimentos funcionales deben incorporarse en la dieta en forma natural y continua, y complementados con una dieta balanceada y una actividad física cotidiana. Generalmente es posible encontrarlos en tiendas naturistas y supermercados. Los alimentos funcionales pueden ayudar a prevenir y tratar enfermedades como la diarrea, el estreñimiento, el exceso de gases, el riesgo cardiovascular y la diabetes, además de estabilizar enfermedades que afectan al intestino como la de Crohn y la colitis ulcerosa. También pueden mejorar la digestión y estimulan las defensas incrementando la resistencia a las infecciones.

No dejes de escribirme. Tu amiga nutrióloga Carmen Serdán (serdancar@hotmail.com).

Consejos y observaciones de Carmen Serdán:

  1. Procura tener una dieta variada, equilibrada y suficiente. Antes de consumir alimentos enriquecidos, fortificados, etc., lee las etiquetas y consulta con tu nutriólogo o médico de cabecera.
  2. Para complementar tu correcta alimentación y nutrición, no olvides hacer ejercicio físico todos los días.
  3. Come a diario frutas y verduras de distintos colores, cereales, preferentemente integrales, leguminosas (frijol, lenteja, alubia), leche, carne magra, pollo y pescado con el mínimo de azúcares y grasas añadidas.
  4. Bebe agua. Alrededor de 2 litros al día. De preferencia natural o en infusiones descafeinadas.

Nutrición al día

PhD. Carmen Serdán E.

Carmen Serdán, Ph.D. es especialista en nutrición. Cuenta con estudios y experiencia en países como México, España y Canadá.

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