El mundo celebra con fe la elección del primer papa latinoamericano de la historia. Pocos esperaban ese resultado, aunque hace ocho años cuando su predecesor Benedicto XVI fue elegido, el nombre del arzobispo Jorge Mario Bergoglio, de Buenos Aires era uno de los favoritos para convertirse en Santo Padre. Jorge Mario, mejor conocido como el papa Francisco, es hijo mayor del empleado ferroviario Mario Bergoglio y de Regina Sivori, ama de casa. Ese matrimonio de italianos inmigrantes jamás se imaginaba que su hijo se convertiría en el máximo líder de la iglesia católica.
Quisimos conocer de cerca dónde fueron los comienzos de papa Francisco y para ello nos adentramos el barrio porteño de Flores, en la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Allí visitamos el portal de la casa de sus padres en la calle Membrillar y el parquecito donde jugaba de niño en la plazoleta Herminia Brumana.
Seguidamente fuimos a la iglesia de San José de Flores en la avenida Rivadavia 6950, donde trabajó por primera vez como sacerdote. Allí fue donde constató que su verdadera vocación era servir a Dios porque después de graduarse como técnico químico con 21 años en 1957, decidió ingresar en la orden jesuita para ser ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969. Como todos los miembros de su congregación , estudió en la Facultad de los Jesuitas de Alcalá de Henares (Madrid).
Finalmente llegamos a la catedral donde ya trabajó como obispo y escaló dentro del estamento eclesiástico con una especial dedicación por la gente pobre. Allí se caracterízo por su humildad y espiritualidad, siempre apegado a las tradiciones seculares del catolicismo, sin importarle viajar en el 'Subte' y en los autobuses de Buenos Aires de manera diaria y de viajar a Roma en clase turista.
Al ser tan cercano a la gente pobre, existe gran expectativa entre los católicos del mundo de que su pontificado esté definido por su lucha contra la pobreza, la paz y la corrupción. El hecho de que el papa sea argentino es también un signo dado por Juan Pablo II, quien llamaba a América Latina el continente de la esperanza.
De 1973 a 1979 se desempeñó como superior provincial de los jesuitas de Argentina, mientras que de 1980 hasta 1986 fue rector del colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel. Más tarde tuvo una breve estancia en Alemania hasta que acabó por radicarse en Córdoba (Argentina) durante seis años.
Su gran espiritualidad y carácter llamaron la atención del cardenal Antonio Quaracino y el 20 de mayo de 1992 Juan Pablo II designó a Bergoglio como obispo titular de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
Además de su español natal, el papa Francisco habla fluidamente el latín, francés ingles, italiano y alemán, pero en todos ellos se preocupa por mostrar una gran variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen su decisión de residir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal usada por sus antecesores desde 1903.
En 2013, la revista Time lo consideró una de las personas más influyentes, y es que el papa Francisco es orgullo de los argentinos y de todos los latinos del mundo, como comprobamos gracias a esta visita realizada con la aerolínea Taca y con la mediación de Teresa Pucci.
Fotos y texto: Myrna Kahan, desde Buenos Aires